La distancia social de seguridad y evitar el contacto entre personas son una de las claves para evitar el contagio de coronavirus. Pero, cómo distanciarse entre 7 personas que viven en 45m2. Es el caso de Hilda, que vive junto a su familia en una corrala de Madrid.
Esta limpiadora de portales sale a diario de su domicilio para trabajar y dejar libre de coronavirus los inmuebles donde lo hace. Lógicamente, no quiere traer el virus a casa, por lo que extrema las medidas de higiene. Primero, los zapatos a un cuarto de su corrala. Lo segundo, una desinfección completa con una bayeta con lejía.
Dentro de la casa, cuatro niños fruto del matrimonio de su hija y ella misma. Los pequeños revoltosos corren deseando jugar y escapar del confinamiento y saludan curiosos. Cualquier novedad rompe la rutina del encierro, ya que ellos no pueden salir a las 8 a aplaudir a un balcón.
Peor lo tienen Angelica, Francisco y su hija Hillary. En su piso madrileño comparten espacios comunes con otras 5 familias. Cada uno tiene su cuarto, pero pasar el día entero encerrado no es lo ideal para cualquier persona. Se afanan por mantener la distancia de seguridad y evitar el contacto. Si uno de ellos tuviese el virus, seguramente todo el piso acabaría contagiado.
Mientras, y para amenizar el paso de las horas, Francisco, uno de sus compañeros, toca la guitarra en su habitación observado por Hillary desde la puerta. Sin acercarse, sin romper esa medida de seguridad que puede evitar que el contagio se expanda, mira con sus coletas y trata de entretenerse en su confinamiento.