Los petardos y las tracas, una práctica bastante común en Nochevieja, hacen sufrir a muchas personas sensibles. Producen crisis de estrés y ansiedad en niños con autismo o epilepsia. También en muchos animales, por ejemplo, ese ruido atronador es la pesadilla de los perros.
Norte, un border collie, está vivo de milagro. Se escapó de casa en Nochebuena al oir petardos. "Se escapó de casa, saltó el muro", explica su dueña. El perro estuvo tres días perdido por Madrid. "Salió a la carretera y cruzó por todos lados", añade la joven. Afortunadamente lo encontraron en buen estado, pero sigue muy nervioso al escuchar ese ruido.
Los perros perciben los petardos como bombas. En las consultas veterinarias son muchos los que tienen que ser atendidos al estar aterrados, como Macarena, una pequeña perra. Los médicos, en algunos casos, incluso "tienen que aplicar medicaciones ansiolíticas".
En estos días de fiesta es habitual oírlos en parques, ciudades y balcones a pesar de que muchos ayuntamientos los prohíben. Ante el miedo de los perros por los petardos, el veterinario de la cínica IAS, Jon Sustatxa, explica cómo protegerles.
Según el especialista, los petardos abren la puerta a unos miedos en los perros que a medida que pasa el tiempo van incrementándose. "Es un problema grave con una solución compleja", explica al respecto. Por culpa de el estruendo que producen "los perros rehúsan de salir a la calle incluso para hacer sus necesidades". "El miedo es tan atroz que quedan bloqueados", precisa.
El veterinario recomienda para esta noche: