Los macrobotellones, fiestas clandestinas y celebraciones ilegales en general que se saltan las normas de restricción impuestas por el aumento de casos de coronavirus, en la mayoría de las comunidades autónomas en el país, especialmente de cara a la Nochevieja, preocupan y mucho.
En Barcelona, la previsión para Nochevieja es muy complicada. Se esperan grandes botellones en la calle y reuniones clandestinas, en torno a unas 1.500. Los Mossos de Esquadra ya han tomado medidas. Reforzarán todas sus patrullas, sobre todo, para hacer cumplir con el toque de queda y desplegarán 200 agentes más para hacer controles de alcohol y drogas, en las principales carreteras catalanas.
La Generalitat permitirá mañana, día 31 de diciembre, a los bares y restaurantes abrir hasta las 00.30, con un margen de media hora, hasta la 1 de la madrugada, para desalojar a todos los clientes.
Toda precaución es poca. En Bilbao han empezado a precintar los parque, mientras que en Canarias, el Tribunal Superior de Justica tumba el toque de queda. Galicia, por su parte, prohíbe las reuniones entre no convivientes, entre las 3 y las 6 de la madrugada, hasta el 18 de enero.