¿Limpias tu armario a menudo? Con bastante frecuencia, hacemos limpieza general en nuestras casas, y sin embargo olvidamos las zonas que no se ven. El simple hecho de vaciar los cajones y descolgar todo nos da pereza, pero es recomendable hacerlo de vez en cuando. Te contamos cómo dejarlo reluciente paso a paso.
Es lo que más tiempo suele llevar y parece que no se acaba nunca, pero es un paso fundamental para empezar a limpiar nuestro armario. Además, al sacarlo todo y recolocarlo seguramente lo dejaremos mucho más organizado de lo que lo encontramos.
Si hace mucho que no lo limpias, o si nunca lo has hecho, seguramente el polvo esté por todas partes. Para quitarlo prepara un envase con jabón y agua y dale a todo: puertas, cajones, paredes.
Seguramente con un paño no lo dejes impoluto, pueden hacerse pelusas, por ejemplo. Utiliza el aspirador para rematar el interior de tu armario.
Este paso es fundamental y no implica gran cosa. Simplemente, después de pasar la bayeta humedecida, tendrás que esperar a que el armario se seque del todo. De lo contrario toda tu ropa cogerá un olor terrible.
Incluye en el interior del armario unas bolsitas de tela con hierbas secas que den buen olor o utiliza cítricos, por ejemplo. De esta manera se notará todavía más que lo has dejado resplandeciente.
Tendemos a tener más ropa de la que necesitamos y, al guardarla apelotonada, puede estropearse o dar sensación de desorden en nuestro armario. Aprovecha que lo has vaciado para hacer pilas que tengan sentido y colgar lo más susceptible de arrugarse. Lo demás, guárdalo en cajas o deshazte de ello.
Y ¡voilà! Armario limpio y listo para usar hasta que toque hacer la siguiente limpieza.