Una de las grandes ventajas de pasar tanto tiempo en casa es que tenemos margen de sobra (al menos en teoría) para poner en orden nuestro hogar. Y uno de los espacios donde más desorden suele producirse es precisamente el armario: lo usamos a diario, suele contener muchas más cosas de las que teóricamente debería admitir, y se presta fácilmente al caos (sobre todo cuando es compartido). ¿Cómo ordenar tu armario de forma eficaz y duradera? Toma nota de estos consejos para ordenar tu armario.
Ordenar tu armario pasa necesariamente por asumir que es muy probable que debas deshacerte de mucha ropa. No necesariamente tienes que tirarla: de hecho, siempre que se encuentre en condiciones de uso, la forma más bonita y útil de darle nueva vida es donarla a la asociación o institución con la que te sientas más identificado. De este modo no solo estarás rompiendo con el círculo de consumismo que nos lleva a acumular montañas de ropa con poca vida útil: estarás ayudando a personas que realmente lo necesitan.
Si lo prefieres, también existen muchas plataformas online de venta de ropa de segunda mano Puede ser la opción más lógica para ciertas prendas u objetos, y te permitirá recuperar algo de dinero (y un ahorro para la otra persona), así como alargar la vida útil de la prenda. Lo mejor es que busques plataformas locales: vender dentro de tu zona geográfica siempre es más sencillo y tiene menor impacto, al reducirse el uso de transporte.
Hace uno años se puso de moda el método Konmari de la famosa Marie Kondo. Lo cierto es que su planteamiento tiene mucho sentido: deshacernos de todo aquello que nos genere sensaciones incómodas o negativas hará que el espacio en el que vivimos sea más agradable y feliz.
Según Kondo, debes tomar cada objeto con tus manos (uno a uno) y pensar en si te hace feliz, o si por el contrario es mejor dejarlo ir. Muchas veces no hace falta tanta reflexión: simplemente sabemos a simple vista que tenemos cosas que guardamos ‘por si acaso’ pero que no nos sientan del todo bien, cosas que nos forzamos a usar pero con las que no nos sentimos identificados, prendas que nos recuerdan malos momentos y a las que hemos cogido manía (sea racional o no)... Deshazte de todo ello, sin piedad. Tu armario (y las sensaciones y pensamientos que genera su contenido) se volverán mucho más ligeros, libres de ruido y negatividad.
Al fin y al cabo, hay algo liberador en deshacernos de aquellas cosas que nos atan a un pasado que quizás ya no nos representa: el acto simbólico de deshacernos de objetos asociados a momentos pasados puede ayudarnos a renovar energías y dejar ir todo aquello que ya no forma parte de nosotros.
Una vez que hayas diezmado el contenido de tu armario, llega el momento de ponerlo en orden. Primero, vacíalo por completo y límpialo a fondo. Una vez que todo su contenido se encuentre fuera, organízalo y mide el volumen de cada tipo de prenda para pensar en cuál es el lugar donde mejor funcionará cada no.
La lógica nos lleva a reservar el espacio de más fácil acceso a las prendas que usamos más a diario, y a relegar a un lugar menos accesible las que utilizamos menos, incluso acudiendo a armarios secundarios. Ropa festiva, abrigos, ropa de cama y toallas, ropa de deporte, complementos que uses solo ocasionalmente, bolsos y mochilas... son algunos ejemplos de prendas que pueden sacarse del armario diario si no tenemos suficiente espacio para todo. También, por supuesto, la ropa de temporada: hacer un 'cambio de armario' cada estación o dos veces al año es una buena forma de mantener tu armario ligero y útil, sin prendas a la vista que no vayas a poder usar hasta dentro de varios meses.
En cuanto al orden de las prendas, organizarlas por categorías suele ayudar a que el contenido del armario sea más fácil de localizar y resulte más armónico. También colocar las prendas por orden de ligereza (por ejemplo, comenzar con las chaquetas a la izquierda y terminar con blusas o camisas más ligeras a la derecha), o por colores (tonos neutros a un lado, estampados a otro...), por tipo de uso (diario y trabajo)... En general, se trata de encontrar lo que mejor funcione para cada caso particular: todos sabemos cuáles son nuestras rutinas, de qué forma utilizamos los objetos que nos rodean... y somos los que más fácilmente podremos dar con la fórmula perfecta para mantener el orden.
Por último, existen algunos trucos importantes para ordenar el armario que pueden ayudarnos, como saber que las piezas dobladas y amontonadas ocupan mucho menos espacio que colgadas, o que doblarlas y colocarlas de forma vertical nos ayuda a ver todo lo que tenemos y evitar las prendas ‘al fondo del cajón’. Además, colocar las prendas verticalmente evita que las de más abajo queden aplastadas, y es mejor para su durabilidad. Por otro lado, guardar unos bolsos dentro de otros puede ayudarte a ganar mucho espacio.