La ropa, como cualquier otro objeto cotidiano, requiere ciertos cuidados para durar más y mejor. Como las sábanas y almohadas, por ejemplo. Solemos pensar que el lavado es uno de los procesos más delicados por los que pasan las prendas y, si bien esto es cierto, no hay que perder de vista la importancia del proceso posterior: el de tender la ropa de forma correcta. Y es que tender mal o en un lugar inadecuado puede provocar olores en la ropa, pérdida de color, deformidad en ciertos tejidos... ¿Cómo tender la ropa? ¿Qué trucos existen para tender ropa en espacios pequeños?
Lo primero que debes tener en cuenta es que es mejor tender la ropa bien escurrida para evitar posibles deformidades. Y es que, cuanto más húmeda esté la prenda, más pesará y más tenderá a estirarse durante el tiempo de secado (además de tardar más en secarse completamente). También debes tenderla cuanto antes una vez finalizado el lavado: así evitarás que la ropa huela a humedad.
Además, ayuda mucho estirar la ropa antes de tenderla, sacudiéndola para eliminar muchas de las arrugas que presenta tras el lavado. De hecho, si eres de los que no soportan la plancha, esta técnica puede ahorrarte mucho tiempo y esfuerzo. Tiende la ropa estirada y, si es posible, usa perchas en el caso de camisas, vestidos... ya que se secarán antes y se arrugarán menos.
También es importante evitar tender al sol las prendas de color u oscuras, o bien tenderlas al revés, ya que de lo contrario el sol se comerá el color. El el caso de las prendas blancas sucede justo al revés: quedarán relucientes tendiéndolas al aire libre, ya que la luz solar es uno de los mejores blanqueantes naturales que puedes encontrar.
Otro truco clave para evitar deformidades es colgar las prendas por sus costuras y del revés, usando las pinzas de forma que deformen lo menos posible la ropa. No es aconsejable usar la misma pinza para varias prendas, y tampoco hace falta abusar de ellas. De hecho, en ciertos entornos puede que no necesites utilizarlas en absoluto. Ten en cuenta también que ciertas prendas se deforman con más facilidad que otras: es el caso de los jerséis de lana y similares. En estos casos es mejor ser conservador y tender en horizontal, sin perchas ni pinzas.
Por otro lado, tiende la ropa en un lugar en el que corra el aire porque, de lo contrario, es probable que tarde en secarse y que acabe oliendo a humedad. También hay que evitar apelotonar la ropa en el tendedero, precisamente por este motivo. Esto es importante en caso de tender en espacios pequeños: intenta siempre que haya alguna corriente de aire y espacia las lavadoras para que no haya una acumulación excesiva de prendas que dificulte el secado.
En cuanto a cómo tender la ropa de bebé y, en general, la ropa que quieras desinfectar, es preferible tender por la mañana y al sol para eliminar ácaros. Eso sí, deberás recogerla en cuanto se seque para evitar que se acartone y que el tejido acabe dañándose.