Una de las claves para alargar la vida del motor de tu coche es llevar a cabo un buen mantenimiento y, en el caso de los motores diésel, el hollín o carbonilla que se genera con el tiempo tiene mucho que ver con la durabilidad del vehículo. Toma nota de estos consejos para limpiar el motor de un coche diésel y eliminar el hollín, tanto por la propia salud del motor como de cara a pasar la ITV.
Tal y como aconsejan desde Autopista.es, que nuestro vehículo ‘respire’ bien es básico para su mantenimiento y para evitar posibles (y costosas) averías. En el caso de lo motores diésel, en el proceso de combustión se genera un residuo que, al acumularse, puede contribuir a deteriorar el funcionamiento del vehículo, aumentando su consumo, contaminando más y provocando posibles averías. Se trata de restos de combustible que no resulta quemado en el proceso, un residuo que suele llamarse hollín o carbonilla y que se adhiere a distintos componentes del motor, siendo difícil de eliminar.
Así, aunque este tipo de motores suele contar con elementos diseñados específicamente para reducir la aparición de este residuo (filtro de partículas, válvula EGR, catalizador SCR...), toda precaución es poca y es conveniente revisar de vez en cuando el motor en busca de carbonilla para evitar que se acumule y que su eliminación sea más complicada (y, por supuesto, que el motor se acabe dañando).
Lo primero que debes tener en cuenta es que tu propia forma de conducir puede ayudar a producir más hollín: normalmente, cuando la conducción se desarrolla a bajas revoluciones, la probabilidad de que se genere carbonilla aumenta. Además, si observas que se genera una cantidad anormal de este residuo, valora que puede tratarse de un fallo mecánico, por lo que lo mejor es que acudas a un profesional que pueda valorar lo que ocurre realmente.
Del mismo modo, cuando se producen fallos o cuando existe acumulación de suciedad en el filtro de aire, en la válvula EGR, en el caudalímetro, en los inyectores, en la bomba de combustible… puede producirse un exceso de carbonilla.
En cuanto a cómo limpiar el hollín de tu motor diésel, una señal clara de que toca revisar tu vehículo es una pérdida de potencia y aceleración. También un aumento del consumo de combustible, o demasiado humo negro en el tubo de escape. Lo más sencillo es acudir a un taller para una descarbonización (puede costarte entre 50 y 100 euros aproximadamente), en la que utilizarán maquinaria especializada. Pero si quieres hacerlo por ti mismo, prueba estos trucos:
Por último, tener en cuenta que, por encima de posibles averías, reducir la carbonilla es una cuestión medioambiental y puede costarte una negativa en la ITV: el humo negro o las emisiones de dióxido de carbono a unos niveles muy altos pueden impedir que tu vehículo pase la inspección.