El cuarto de baño es sin duda el principal foco de malos olores en cualquier hogar, principalmente debido a un mal mantenimiento de las tuberías y a la acumulación de residuos. La ventilación también es muy importante en este tipo de espacios, si bien no siempre es posible conseguirla de forma natural. Sin embargo, existen alternativas y pequeños trucos que pueden ayudarte a mantener un olor fresco y agradable en esta estancia. ¿Cómo acabar con los malos olores del baño?
Los malos olores en el baño suelen proceder de las tuberías. Al fin y al cabo, se trata de una de las estancias más utilizadas de cualquier vivienda, y la acumulación de residuos (jabón, cabello...) hace que el mantenimiento del sistema de aguas en esta habitación deba ser más constante y cuidadoso.
La buena noticia es que existen trucos y consejos para eliminar los malos olores sin tener que llamar a un fontanero ni realizar grandes inversiones: si notas que, por ejemplo, el agua tarda más de lo normal en evacuar, es probable que exista algún atasco que genere malos olores.
La solución más sencilla pasa por acceder al tapón de registro (la tapa situada en algún punto del suelo de tu baño, que suele ser plateada, redonda y con un tornillo central) y eliminar la acumulación de residuos en el bote sifónico. Éste recibe el agua de desagüe de todas las tuberías del baño, filtrándolas hacia un bajante principal. Por eso lo normal será que los atascos se produzcan en este punto.
Para hacerlo, necesitarás un destornillador para retirar la tapa principal, así como desenroscar el tapón que encontrarás en su interior para acceder a las tuberías. Memoriza el orden de las distintas tapas que encontrarás para que no tengas problemas a la hora de volver a colocar todo en su lugar, y utiliza guantes.
También deberás tener a mano un recipiente en el que depositar la acumulación de residuos. Esta operación no será agradable, pero es necesario retirar toda suciedad para que el agua pueda correr libremente. Ante todo, no empujes la suciedad hacia el interior de las tuberías: deberás hacer justo lo contrario, ayudándote de un alambre o similar si es necesario. Antes de cerrar, puedes comprobar que el agua corre con normalidad abriendo uno o varios grifos. Ya solo falta volver a colocar cada tapa en su lugar.
Si el problema persiste, puede que el atasco se encuentre en otro punto y, en este caso, antes de llamar a un fontanero puedes intentar solucionarlo tú mismo con productos caseros o industriales que disuelvan la suciedad acumulada. El agua caliente o una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre blanco pueden ayudar en los casos más sencillos, ayudando también a mantener las tuberías limpias.
También existen productos específicos para eliminar atascos, pero es recomendable no abusar de ellos y usarlos solo como último remedio: no solo suelen ser muy contaminantes, sino que además pueden dañar tus tuberías a largo plazo y reducir su vida útil. Si nada de esto funciona, tocará contactar con un profesional.
Si el mal olor procede del inodoro, una limpieza profunda te ayudará a eliminar este problema: el bicarbonato y el zumo de limón, mezclados en forma de pasta, pueden ayudarte a eliminar el mal olor del inodoro haciendo uso de ingredientes caseros y económicos. Aplica esta pasta en su interior y déjala actuar una media hora antes de agregar vinagre blanco. Luego, utiliza esta mezcla para frotar la superficie con una esponja o similar, y aclara. Utiliza siempre guantes en este proceso, y no dejes ningún recoveco sin limpiar.
En cuanto a la ventilación del aseo, si no puedes obtenerla de forma natural, puedes instalar un extractor de aire. También puedes mejorar la ventilación en estos casos abriendo la puerta y la ventana más cercana para crear algo de corriente. Otra solución (siempre que el diseño de tu vivienda te lo permita) es instalar una pequeña ventana superior o una claraboya abatible puede ayudar a crear corriente sin comprometer la privacidad de este espacio.
No olvides la importancia de mantener limpios todos los elementos del aseo: por ejemplo, las toallas húmedas pueden dar mal olor, así como los pequeños residuos en esquinas o en la ducha o bañera, los botes de productos con pequeñas acumulaciones de suciedad... Una limpieza profunda periódica es básica para que tu cuarto de baño sea un lugar agradable, y el orden te ayudará a que esta limpieza dure más tiempo.
Por último, siempre puedes darle un toque de frescor extra a tu baño utilizando algún producto ambientador. Las velas aromáticas o el uso de aceites esenciales consiguen el doble efecto de crear un ambiente relajante y perfumar este espacio de forma más natural. Estos últimos pueden utilizarse también en forma de spray casero: mezcla agua con unas gotas del aceite que más te guste y utilízalo como ambientador. También puedes agregar unas gotas en tu colada de toallas, o utilizar bolitas perfumadas entre ellas.