¿Se debe castigar la colaboración con la justicia aunque uno para hacerlo rompa algunas normas? Es una pregunta que asalta la mente al contar la historia del joven informático de la Escuela Jesús, Maria y Josep -de la congregación de Pare Manyanet- del distrito de Sant Andreu de Barcelona. Todo empezó cuando el joven informático, que trabaja en esta escuela desde hace tres años, recibió un encargo por parte de uno de los religiosos vinculados a la escuela.
Fue el cura el que pidió al informático que le arreglara el ordenador. Haciéndolo, descubrió unos archivos que parecían pornografía prohibida donde aparecían menores de edad. Según recoge la investigación de los Mossos, en el portátil personal del religioso había 39 gigas de archivos prohibidos. No era una casualidad. Qué hizo entonces el informático. Lo que haría cualquier ciudadano decente. Alertar a los Mossos de lo encontrado. La reacción fue inmediata. Agentes de la Unidad de Investigación de la comisaría de Sant Andreu se presentaron en el centro, hicieron comprobaciones al ordenador y confirmaron que se trataba de material prohibido y delictivo. Así lo adelantaba El Periódico. Precintaron el ordenador, se lo llevaron y pidieron al informático que no dijera nada a nadie. Que ellos se encargarían de las investigaciones. Eso fue entre el lunes y martes, 15 y 16 de marzo.
Los Mossos volvieron al centro el día 17 y detienen al cura de 63 años. Y explican al director del centro cómo han logrado las pruebas. Ahora, visto con perspectiva, ese fue el principio de la angustia para el joven informático. El centro considera que antes que a los Mossos, el informático debía haber hablado con el centro. El caso podía dañar al centro de una forma irreparable. Y en vez de culpar al cura, y sus actividades delictivas, el informático fue señalado por revelación de secretos.
Según ha adelantado El Periódico de Cataluña y han confirmado a Efe fuentes próximas al caso, la congregación ha abierto un expediente informativo al técnico informático por considerar que ha atentado contra la intimidad, privacidad y la imagen del religioso "de manera injusta e injustificada", por lo que no descarta incluso querellarse en su contra por un delito de revelación de secretos.
A raíz de este expediente, el colegio Jesús, Maria i Josep de la Congregación de los Hijos conocida como Pare Manyanet, en el distrito de Santa Andreu de Barcelona, de cuya parroquia era rector el religioso detenido, ha impuesto tele-trabajo al informático, que tiene contrato fijo en el centro y que ahora está de baja por ansiedad, según El Periódico.