Científicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y especialista de la Unidad Militar de Energencias (UME) toman muestras constantemente de la la lava del volcán para conocer más datos sobre sus características y anticiparse a sus cambios.
Los investigadores se acercan a la colada de magma incandescente ataviados con vestimenta especial para soportar brevemente los mil grados que tiene la lava. Recogen muestras y las analizan sobre el terreno. Observan su rápida cristalización y la comparan con los datos que luego obtendrán en laboratorios más especializados con otras similares obtenidas al mismo tiempo.
Se trata de una labor fundamental para anticiparse al comportamiento del volcán y prevenir la peligrosidad de estos.