La Policía Científica ha recogido muestras de ADN de una treintena de personas en Vigo, en el marco de las diligencias autorizadas por el juzgado que investiga la muerte de la joven Déborah Fernández-Cervera, desaparecida en la ciudad olívica a finales de abril de 2002 y cuyo cadáver fue localizado días más tarde en una cuneta en el municipio de O Rosal (Pontevedra).
Entre las personas citadas, que acuden voluntariamente a entregar su muestra, ha estado la madre de la víctima, Rosa Neira, que ha manifestado a su salida de la Comisaría su esperanza de que se agilicen los tiempos del análisis de estas pruebas, dado que el plazo de prescripción del crimen se aproxima.
Al respecto, ha lamentado la lentitud con la que se están resolviendo las diligencias y ha puesto como ejemplo los resultados de los estudios biológicos realizados a partir de la exhumación del cadáver de Déborah, que todavía no han sido notificados.
Rosa Neira ha reconocido que todo este proceso, que se inició hace casi 20 años, con un archivo judicial de por medio y una reapertura a finales de 2019, "es agotador". "Llevamos 20 años esperando (...), pero somos marineros y seguiremos remando", ha sentenciado. Su hija Déborah desapareció hace casi 20 años cuando salió a correr en Vigo y ya no volvió. El cadáver de la joven aparecio varios días después en Pontevedra.
Por su parte, la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, ha explicado que este cribado de muestras de ADN, para el que han sido citados, además de su madre, personas del entorno de la joven fallecida, "servirá para descartar". Así, los resultados obtenidos se cotejarán con los restos biológicos que se hayan localizado en el cuerpo de la joven tras su exhumación, con la cuerda localizada al lado del cadáver y con dos pelos identificados en la mesa de la autopsia inicial.
Al igual que su madre, ha expresado su deseo de que el análisis de estas muestras y los cotejos se puedan hacer "a tiempo", antes de la prescripción del caso de Deborah Fernandez (entre abril y mayo del año que viene) porque, de lo contrario, "no servirían de nada". "Parece que al juzgado no le preocupa el plazo de prescripción", ha señalado.
En todo caso, ha valorado que se haya autorizado esta recogida de muestras y los cotejos porque, según ha recordado, las muestras que se habían recogido hasta ahora en el marco de la investigación habían sido comparadas con "el ADN introducido post-mortem" en el cuerpo de la víctima, unos restos biológicos (semen) que, según sostiene la familia y según se refleja en un informe criminalístico y en el atestado policial de 2010, fueron colocados expresamente en el cuerpo de la fallecida para dar pistas falsas y desviar las pesquisas del verdadero autor de la muerte.
Además de este cribado, el juzgado también autorizó la investigación de diferentes vehículos que, según informaciones de los primeros días tras el crimen, habían sido vistos en la zona en la que desapareció Déborah Fernández y en la zona en la que apareció su cadáver. Estos vehículos fueron identificados en su día pero no fueron investigados policialmente.