El llamado caso del ‘bar España’ forma parte de uno de los mayores bulos de la historia de nuestro país; una noticia falsa elaborada con la única finalidad de hacer daño, en la que testimonios amañados de menores acusaban falsamente a políticos, empresarios o jueces de formar parte de una red de pederastia, ritos satánicos e incluso asesinatos.
Ahora, 24 años después, los tribunales tendrán que determinar quiénes orquestaron y alimentaron el bulo durante más de dos décadas.
Concretamente, fue el juzgado de Instrucción número 5 de Castellón el que acordó en marzo de 2021 abrir procedimiento abreviado contra ocho investigados por la difusión del bulo del ‘Bar España’, al considerar que existen indicios racionales de delitos contra la integridad moral, contra la administración de justicia, contra el honor y delitos cometidos con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas por la Constitución. Además, también se abrió dicho procedimiento contra otro investigado, editor de un periódico digital, como responsable civil, y se declaró extinguida la acción penal contra otros dos por haber fallecido.
Dicho auto fue modificado posteriormente para incluir a dos personas respecto a las que hubo un sobreseimiento provisional de la causa, ya que no habían sido localizadas en un principio, mientras que otro de los investigados que aparecía en el primer auto falleció, según informaba el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).
El auto indicaba que, de la investigación llevada a cabo y de las diligencias practicadas, hay indicios de que, al menos desde 1998, varias personas han sido objeto de continuas informaciones falsas aparecidas en distintas páginas, blogs y canales, relacionándoles con una organización de corrupción mafiosa, política, judicial y de pederastia relacionada con reuniones mantenidas por los mismos y hechos atroces cometidos por ellos, "todos ellos rotundamente falsos".
Así, se señalaba que los perjudicados han sido objeto de una permanente campaña de acoso y desprestigio público mediante la formación de imputaciones delictivas y denuncias falsas dirigidas de forma organizada y consecutiva a distintas instancias jurídicas, lo que ha dado lugar a diversos procedimientos judiciales.
Además, el auto añadía que se trata de una actuación orquestada bajo la dirección de una persona ya fallecida y condenada por un juzgado como autora de un delito de acusación y denuncia falsa, con una "permanente y necesaria" colaboración en cada caso por cada uno de los encausados, que se han ido sumando a la finalidad perseguida de actuar de forma infamatoria contra los perjudicados, "atentando gravemente contra su integridad moral e instigando artificialmente un odio contra sus víctimas, afectando a su honor".
Entre estas víctimas se encuentran el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra, el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra; y la consellera de Justicia, Gabriela Bravo.
En el interior del ‘bar España’ se situaba el epicentro de una red de violaciones y ritos satánicos a menores perpetrados por políticos y empresarios de nuestro país, pero todo fue un engaño.
Se cumplen casi 25 años de falsedades que se gestaron en una peluquería del centro de Benicarló, Castellón, donde un peluquero despechado por el abandono de su esposa inventa que la nueva pareja de la mujer está abusando de sus dos hijas.
“Me pongo contacto con ellas, –con una de ellas–, por teléfono, y ella me niega rotundamente que eso sea cierto”, cuenta Javier Cavanilles, periodista de Valencia Plaza, rememorando el caso.
Manipuladas por su padre, ambas grabaron una serie de vídeos falsos en las que explican las atrocidades que en el ‘bar España’ se cometían, implicando a personalidades como Carlos Fabra, Francisco Camps, la jueza que desestima el caso y empresarios de España e Italia.
“Empiezan a elaborar la teoría de que en el ‘bar España’ la gente saca a los niños del centro de menores y se llevan ahí a abusar (de ellos)”, explica David López Frías, periodista de El Periódico de España.
Tras el fallecimiento de los dos cabecillas de la trama, serán juzgadas nueve personas: blogueros, periodistas, documentalistas… por tejer toda una red de mentiras que acabó convenciendo a la opinión pública.
“Ellos, más que nada, cuando venían a hacer eso, dejaban que nos violaran”. “En la comida nos ponían pastillas, coca, tranquilizantes… para que no soltásemos nada, para que no dijésemos nada”, se llegó a decir en algunos de esos testimonios falsos que alimentaban el bulo del hoy conocido como caso del ‘bar España’.