Nueva odisea de doscientos pasajeros, la mayoría españoles, de un vuelo de la compañía irlandesa Ryanair que cubría la ruta entre la capital polaca, Varsovia y Madrid, el pasado domingo, según cuenta El Confidencial. En un pormenorizado relato de una de sus pasajeras, denuncia los continuados retrasos en el despegue, la pésima atención de su personal, la falta de información y la desatención más absoluta llegándoles a negar los documentos que acreditaban estos problemas y que son fundamentales para posteriores reclamaciones ante las autoridades.
Laura Márquez, relata al digital madrileño que el vuelo FR1063 que tenía previsto despegar de Varsovia el domingo a las 12 horas terminó aterrizando en el aeropuerto de Barajas 24 horas más tarde. Denuncia que "fueron tratados como animales" cuando en el embarque se paralizó dejando a familias esperando en plena pista con temperaturas bajo cero. También que una hora más tarde les comunicaron que el vuelo se retrasaba por un problema mecánico, comenzando una odisea de desatención y malos modos que llevó a algún pasajero a intentar agredir a al responsable de la aerolínea en la terminal del aeropuerto polaco por su "actitud chulesca".
En el capítulo de la atención en las instalaciones aeroportuarias, la denunciante relata que hubo pasajeros que estuvieron más de ocho horas sin poder comer nada y que los que pudieron hacerlo tardaron horas haciendo cola para poder recibir un bocadillo acompañado por un refresco del tiempo. Los que tenían problemas de intolerancia alimentaria tuvieron que quedarse sin comida porque no había ninguna alternativa para ellos.
A última hora de la noche, ocurre un fallido intento de embarque. Con el pasaje sentado ya en el avión, el comandante de la aeronave les informa de un nuevo problema técnico en el panel de mandos. Laura Márquez relata su asombro y el del resto del pasaje cuando el piloto les comentó en tono jocoso que que "en esas condiciones, él no volaría" pero que lo dejaba a la consideración de los pasajeros. Finalmente son bajados y trasladados a un hotel para pasar la noche, algo que también fue origen de problemas ya que hubo falta de medios para desplazar rápidamente a los 200 pasajeros y se produjeron largas colas de horas en la recepción del hotel para registrarlos. Hubo pasajeros, señala esta facultativa que solo pudieron dormir dos o tres horas.
Finalmente, el vuelo aterrizó en Barajas sobre las 15:30 horas con un pasaje indignado que anuncia que "irá hasta el final" contra Ryanair.