Peritos confirman que el 'caníbal de Ventas' tenía restos de ADN de su madre en la boca
Todos los restos cadavéricos que había en la casa eran de la madre
La Fiscalía pide 15 años de cárcel por un delito de homicidio
Su abogada solicitará una eximente completa por trastorno mental
Los peritos del laboratorio de Genética Forense de la Policía Científica que analizaron las muestras tomadas en la vivienda de la madre del conocido como el 'caníbal de Ventas', acusado de matarla, trocearla y comerse algunas partes, han certificado que todos los restos cadavéricos eran de la víctima, que había huellas de él y que el ADN de ella estaba en la mucosa oral del acusado. Esto determinaría que había ingerido restos del cuerpo durante el mes en el que convivió con él.
La Audiencia Provincial de Madrid ha retomado este lunes las sesiones del juicio contra Alberto Sánchez Gómez, a quien se acusa de matar a su madre y descuartizar su cuerpo con un serrucho. El móvil: "Le hacía la vida imposible". Se enfrenta a una petición de pena de quince años de cárcel por un delito de homicidio y cinco meses de cárcel por profanación del cadáver.
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Su abogada solicitará previsiblemente una eximente completa por el trastorno mental que padece, algo que ya se pidió en instrucción y que le eximiría de responsabilidad penal.
En la sesión, han comparecido los agentes de la Brigada de Policía Científica de Madrid que recogieron las armas homicidas, dos cuchillos y una sierra, del piso situado en el barrio de Guindalera, en el madrileño distrito de Salamanca. La Policía Científica recogió vestigios en la escena del crimen y entregó muestras de las huellas y los restos del cadáver al Laboratorio de Genética Forense y Toxicología para su análisis.
Los trozos cadavéricos estaban esparcidos por toda la casa, dando lugar a una escena terrorífica que impactó a los agentes. Los peritos analizaron los restos del cuerpo desmembrado de la mujer, coincidiendo con los de una misma persona y una mujer, según ha expuesto una de las peritos.
El resultado comparativo concluía que todos los restos eran de María Soledad, y al compararlo con el ADN de su hijo Alberto se deducíaque era siete millones de veces más probable que fuera su madre biológica que lo contrario, concluyendo que eran madre e hijo con un 99,9% de posibilidad.
Otros de los comparecientes han detallado a la Sala que Alberto presentaba multitud de restos y manchas de sangre en la ropa y en partes de su cuerpo. Su ADN estaba mezclado con el de su madre, hallando el perfil genético de la víctima en una muestra de mucosa oral recogida de la boca.
Había ADN de la víctima en las muestras que les llevaron de las paredes, de las hojas y los mangos de los cuchillos, y en el plato de ducha, entre otros lugares. Otros dos peritos de Científica de la Policía Nacional han explicado que se recogieron más de 20 huellas en el piso, algunas en botellas de cerveza, así como un serrucho y dos cuchillos en buen estado.
Ingresos psiquiátricos
Su hermano Miguel manifestó el pasado viernes que Alberto sufría episodios de psicosis que le llevaron en varias ocasiones a ingresos psiquiátricos. Una amiga de su madre denunció en la Sala la falta de ayudas a enfermos psiquiátricos en nuestro país.
Alberto Sánchez Gómez relató en su declaración que tenía discusiones habituales con su madre al ser consumidor de drogas y relató que oía voces que le decían que la matara y la descuartizara. En el juicio será clave la prueba pericial para determinar si el chico padece algún tipo de trastorno mental, que le podría atenuar la pena o eximir totalmente de responsabilidad penal en el caso de que implicara una eximente completa, como ya pidió su defensa en la instrucción.
El Código Penal contempla que aquellas personas que padecen una enfermedad mental grave o sufren un trastorno mental transitorio que les impide conocer la trascendencia de su conducta o, aun conociéndola, les impide actuar de acuerdo con esa comprensión son consideradas inimputables y se les exime de responsabilidad penal.
Muerte por asfixia
El acusado, a principios de 2019 convivía con su progenitora en un domicilio de Madrid, situado en el barrio de Ventas. Sin concretar una fecha, pero a finales de enero o a principios de febrero, el acusado discutió con su madre y, tras un enfrentamiento verbal, se dirigió hacia ella "sujetándola fuertemente por el cuello, y con el propósito de acabar con su vida, le presionó fuertemente con sus manos hasta lograr estrangularla, causando su muerte por asfixia".
A continuación, el acusado, que se encuentra privado de libertad por estos hechos desde el 23 de febrero de 2019, trasladó el cadáver hasta el dormitorio de la vivienda y lo colocó sobre la cama "con el propósito de ir haciendo desparecer su cuerpo".
Para ello procedió a su descuartizamiento empleando una sierra de carpintero y dos cuchillos de cocina que tenía en la misma casa. Una vez troceado el cuerpo, el acusado se fue alimentando "en ocasiones" durante unos 15 días de los restos cadavéricos, "guardando otros restos en varios recipientes de plástico por la vivienda y en el interior de la nevera que había en el domicilio, arrojando también algunos de ellos a la basura dentro de bolsas de plástico".