La Guardia Civil busca pistas en el mar, la vivienda de Tomás y en las 3 fincas propiedad de la familia. Dos hipótesis a la vez, secuestro y homicidio, y una cronología. A las 17 horas, la tarde el martes 28, Tomás Gimeno recogió a sus hijas. Primero a la pequeña Anna de 1 año en el domicilio materno, después en el colegio a Olivia de 6 años. A las 19:30 estaban vivas, visitando a los padres de Tomás. Fue la última vez que las vieron pero luego los padres contarían que Tomás se despidió de una manera extraña. Tomás abrazó a su padre. “Nunca me abrazaba” contaría a la Guardia Civil. Por eso lo interpretaron como una despedida, pero no dijeron dónde iban.
Sobre las 21:00 horas la madre llegó a la casa de su expareja para recoger a sus hijas. No estaban y por teléfono Tomás le dijo que se las devolvería después de cenar. Beatriz recoge unos cuadros del exterior de la vivienda que le había dejado su ex. No tenían convenio regulador, ni sentencia judicial para las visitas.
Pero a esa hora Tomás cargaba su lancha en el puerto de la Marina, ni rastro de las niñas en la cámara del puerto, aparentemente; se vieron bolsos, maletas y dos petates grandes tipo militar. También embarcó la silla del coche de la niña pequeña que ha sido encontrada en altamar. En el coche dejó una manta de niña, dos mochilas, un biberón de agua y un dibujo. El recibo de viajes que había es de hace tiempo. Por eso no se lo llevó la Guardia Civil.
A las 21:59 viendo que las niñas no llegan con Tomás, Beatriz le vuelve a llamar. Es la primera discusión. Y la primera vez que él verbaliza que “se va a encargar bien de las niñas y que no iba a saber más de ellos”. Beatriz asustada va al cuartel de la Guardia Civil de Radazul. Hace dos llamadas a las 22:30 y 22:40 y Tomás se mantiene en que no las va a volver a ver. Pone una denuncia pero los guardias están instruyendo otras diligencias por una presunta agresión sexual. Toman nota pero no ocurre nada. Beatriz sigue en el exterior esperando. Los guardias llaman a Tomás pero no contesta. Y Beatriz dice que volverá más tarde.
A las 23:30 Tomás volvió al puerto. El controlador lo ve. No se sabe dónde estuvo con la barca. Tomás muy nervioso le dice que necesita un cargador de móvil que ha olvidado en casa. No le importa el toque de queda y va a una gasolinera a comprarlo. Estuvo 20 minutos cargando y zarpó de nuevo a la media hora después de la media noche. Beatriz le había intentado llamar antes de las 00:00 horas pero no contestaba. Consigue hablar con él a la 1:30 y mantienen una conversación larga, sobre su relación. Tomás le dice que “se va a ir lejos y que no va a volver a ver a las niñas”. Beatriz no vuelve a saber de él.
A las 2:00 Beatriz llamó a los padres de Tomás y a los amigos que la dijeron cómo se había despedido de ellos por WhatsApp. A las 6:00 volvió al cuartel y llamó repetidamente al teléfono de su expareja. No contestaba. Desde Radazul, los guardias la llevaron a la Guardia Civil de Candelaria.
No hay movimientos de dinero. A esta hora se indaga en el número de móvil de Tomás para saber si organizó el secuestro de sus hijas y una simulación en el mar. Pudo subirse a otro barco y dejar a la deriva su lancha. La UCO se desplaza
desde Madrid para ayudar en la investigación. Los GEAS están preparados pero hay 400 metros de profundidad. En la lancha la sangre que ayer avanzó informativos Telecinco que se había encontrado. Podría ser de él si se autolesionó antes de tirarse al mar para suicidarse.
Está previsto que a lo largo de esta jornada se sumen a las labores de investigación del caso agentes de la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil, especializada en los casos más complicados, y que ya intervino en otros como el de Diana Quer, Gabriel Cruz o Asunta Basterra.
En el marco de la investigación, en la que hay abiertas varias vías y no se descarta ninguna hipótesis, según recalcan las fuentes consultadas por Efe, se han practicado registros en la casa y una finca del padre en el municipio de Candelaria, y además se ha tomado declaración a familiares y allegados de los desaparecidos.
Asimismo, el juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Güímar, cuyas diligencias, declaradas secretas, las circunscribe en la presunta comisión de un delito de secuestro, ha emitido un requerimiento a varios bancos para que comprueben si Tomás Antonio G.C. pudo realizar algún movimiento bancario antes de desaparecer.
Además, la Guardia Civil decidió reforzar los controles aeroportuarios tras recibir la denuncia de la madre.