La búsqueda del desaparecido Pablo Sierra en Badajoz continúa y se centrará de nuevo en el cauce del río Guadiana. Hasta allí se han desplazado buceadores del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional. El equipo de expertos rastreará el río a partir del punto en el que fue hallado el teléfono del joven horas después de su desaparición, en la zona de Las Crispitas. Esta decisión se ha tomado tras analizar los movimientos del terminal telefónico y tomar declaración a más de treinta personas. Las actuaciones continúan bajo secreto.
La Policía cree que en la desaparición de Pablo hubo implicación de terceras personas. Por ello, los investigadores tomaron declaración a sus amigos, conocidos y posibles testigos de lo ocurrido la noche en la que se le perdió la pista en la calle Zurbarán del centro de Badajoz, zona de bares donde había salido con amigos.
Pablo, estudiante de matemáticas, se dirigía a la residencia universitaria donde vivía con su hermano, pero nunca llegó a su destino. La familia asegura que no se marchó por su propia voluntad ya que al día siguiente iba a viajar a su localidad natal, Zorita (Cáceres), para pasar el puente con su familia.
"Descartamos que se haya ido voluntariamente porque es un niño buenísimo, nunca nos ha dado ningún problema. Es estudioso, responsable, trabajador", aseguró Susana Moreno, la tía del joven. La desaparición ha estado considerada desde el primer momento de alto riesgo, más si cabe tras localizar restos de sangre en su móvil.
Cabe destacar que la zona donde se encontró el móvil está retirada de Badajoz y allí acude gente a comprar droga y a consumir, algo que no cuadra con el perfil de Pablo Sierra.