Nuevos y estremecedores detalles surgen alrededor de la investigación que los Mossos d’Esquadra están llevando a cabo por el asesinato machista ocurrido en Sant Vicenç de Castellet, donde un hombre ha acabado con la vida de su mujer, quemó su cuerpo y después se suicidó delante de su hija de 2 años, a la que encontraron herida.
Según han conocido las autoridades, la pareja se estaba divorciando y tenía una causa abierta en un juzgado de violencia contra la mujer. La víctima había presentado una denuncia en el mes de abril, hace cuatro meses, pero el juicio no estaba previsto hasta octubre…
Fueron los gritos de la niña los que alertaron a los vecinos de la zona. Cuando se asomaron, vieron un pequeño incendio que se estaba produciendo justo en el lugar donde los agentes instantes después hallaron el cadáver de la mujer, calcinada.
A escasos metros de ese punto se encontraba el vehículo que, instantes antes, por la forma temeraria en que era conducido, había hecho saltar también todas las alarmas: el hombre llevaba un rato derrapando con el coche por el lugar con la hija de ambos en el interior, antes de quitarse la vida.
Con los agentes ya en el lugar, encontraron el cuerpo del hombre, sin vida, dentro de ese coche. Presuntamente, se habría ahorcado con el cinturón. Mientras, en el asiento trasero estaba la pequeña de dos años, que rápidamente fue atendida por los servicios de emergencia.
“Está bien, ha sido trasladada al hospital de Manresa con quemaduras leves”, ha contado Jordi Ballart, alcalde de Terrassa.
En estos momentos, los Mossos barajan la hipótesis de que la mujer fuera asesinada antes de llegar al paraje donde la encontraron, en el domicilio que la pareja, en pleno proceso de divorcio, aún compartía en Terrassa, Barcelona.
Durante la mañana, en Terrassa se ha realizado un acto de repulsa por el crimen machista y esta tarde el Ayuntamiento de Sant Vicenç de Castellet ha celebrado también otra concentración para rechazar la violencia de género. El consistorio ha colgado un crespón negro para la que sería la octava víctima mortal de la violencia machista en Cataluña; la 29 en lo que va de año en el territorio nacional.