El ministerio de Sanidad de España sigue a la espera de disponer de su propia app que ayude a rastrear los contactos de los contagiados por coronavirus, algo que aumentaría la capacidad de la detección precoz. Pese a estar realizando un estudio serológico, el Gobierno necesita una aplicación estatal que coordine la vigilancia de la epidemia, aunque ya se dispone de varias apps en algunas autonomías. Otros países como Reino Unido, Austria o Corea del Sur ya disponen de ella.
Sin embargo, existen dos alternativas que están creando división, en cuanto a criterios; la primera, la app que centraliza los códigos que envían los móviles en un único servidor (de propiedad gubernamental, como Reino Unido); y la segunda, la app que mantenga los datos descentralizados, es decir, que los códigos de los móviles permanezcan en los dispositivos.
Apple y Google, que forjaron una histórica alianza en abril, optaron por la segunda opción. De esta manera, los datos están más protegidos a posibles ciberataques. Los defensores de las apps centralizadas apuntan a que su vía ofrece un mejor control de la epidemia para las autoridades sanitarias.
Una de las asociaciones de hackers con más peso en Europa, Computer Chaos club, con sede en Alemania, ha exigido una serie de condiciones a las apps de los gobiernos, entre las que destacan: que no se obligue el uso de estas apps y que no se castigue a quien se niegue, que el propósito sea puramente epidemiológico y que los usuarios tengan garantías de permanecer anónimos.
"La tecnología podría estar lista, pero la clave es implementar un modelo que sea interoperable en la práctica de la totalidad de la Unión Europea", señalaban fuentes del ministerio de Asuntos Económicos. España quiere apostar por una app que sirva para todo el continente. Occidente, a diferencia de gran parte de Oriente, posee la Ley de Protección de Datos, algo que puede dificultar el desarrollo. Aunque ya existen apps que ayudan a detectar los casos tratando la información aportada de manera anónima.
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial ya se adhirió a mediados del mes de abril a un consorcio europeo llamado PEPP-PT, que estaba indagando en cómo afrontar este reto. Este consorcio y otros desarrolladores de protocolos como el proyecto DP-3T, han planteado alternativas para conseguir que las apps de rastreo garanticen la privacidad de los ciudadanos.
El objetivo es conseguir que los móviles de los usuarios envíen códigos encriptados cada varios minutos a través de 'señales' BlueTooth. De este modo, el terminal recibe las señales de los dispositivos cercanos, por lo que recibiría un aviso si nos cruzamos con un caso positivo. De este modo podemos saber las circunstancias, y si lo requiere la situación, confinarnos para evitar más contagios.
Los contagios por coronavirus en España ascienden a 229.540 casos (pruebas PCR) y los fallecidos a 27 321, 217 en las últimas 24 horas. Además, se registran 143.374 personas curadas, 2.551 en 24 horas. El Gobierno sigue trabajando en un acuerdo europeo y espera comunicar novedades. La llegada de una app para el rastreo de casos y contactos podría ser fundamental para frenar al virus.
- Corea del Sur: El país asiático, en democracia, apuesta desde el inicio de la pandemia por controlar los posibles contagios a través de una aplicación móvil y los datos que ofrecen los dispositivos. Sin embargo, el riesgo de rebrotes sigue siendo alto: las medidas de seguridad e higiene también son cruciales, al igual que la apuesta por la tecnología para vigilar los contactos.
- Singapur fue uno de los primeros países en implementar la tecnología para frenar la propagación. Una aplicación llamada TraceTogether que, sin embargo, no ofrece todas las garantías para el control de la epidemia, como señalaba el director de los Servicios Digitales del Ejecutivo, Jason Bay. Además, el país, pese a vivir durante todo el año en unas condiciones similares al verano, ha registrado un aumento de casos las últimas semanas. Otros países orientales como China y Japón también apuesta por la tecnología de los móviles para rastrear los casos de coronavirus.
- Reino Unido apuesta por el modelo centralizado. El Gobierno de Boris Johnson está desarrollando una versión de prueba de la NHS, Servicio Nacional de Salud (United Kingdom National Health Service), en la Isla de Wight, la isla más grande de Inglaterra, una autoridad unitaria cercana a Southampton y los resultados no son buenos por el momento.
Solamente un tercio de la población de la localidad, inferior a 150 000 ciudadanos, se ha descargado la app en su dispositivo, algo necesario para que las autoridades sanitarias puedan coordinar el control de la pandemia. Sin embargo, varios funcionarios del gobierno británico piensan que no sería mala opción el cambio al modelo descentralizado -que los datos queden en los móviles no en un único servidor-.
- Francia también apuesta por el modelo centralizado. El secretario de Estado francés de Digitalización Cédric O. señalaba hace varios días que el gobierno francés valoraba ambas opciones de sistema, siempre que se respeten todas las garantías y el objetivo sea totalmente sanitario.
El Ejecutivo de la República, liderado por Emmanuel Macron, espera lanzar su app a principios de junio, que arrancará con una versión de prueba, al igual que Reino Unido. Además, ha arremetido reciementente contra la alianza formada por Apple y Google por crear una app que quizá dificulte la elección de la población.
- Alemania ha sido uno de los países que ha rectificado. Su app se desarrolló en un principio adaptando el modelo que ofrece el consorcio PEPP-PT, centralizado, pero solo tardó seis días en optar por el cambio a la alternativa descentralizada, el sistema del DP-3T.
El DP3, sistema descentralizado, al igual que otros proyectos como Robert, desarrolla apps de uso voluntario. Alemania, al igual que otros países como Italia, Suiza o Estonia, espera lanzar su versión de prueba en las próximas semanas. Austria, por ejemplo, ya dispone de su propia app basada en este modelo, llamada Stopp Corona.