En la provincia de Málaga se ha producido un angustioso rescate a un perro atrapado en el saliente de una montaña. Un vecino alertó a los bomberos al oír los alaridos del animal. Se había quedado colgado del cuello en la roca. Tras más de una hora, los agentes de bomberos consiguieron rescatarle tras abrir el hueco en la piedra con un martillo neumático donde se encontraba atrapado el animal.
La pandemia ha hecho que la demanda de las mascotas esté por las nubes. Los precios de los cachorros han aumentado de 600 a 1200 euros. Pero ni el precio ni el tiempo son un impedimento. La soledad, o el teletrabajo han hecho que se conviertan en el mejor amigo para muchos, aunque también hay otros motivos, como por ejemplo, que era la excusa perfecta para salir a pasear durante el confinamiento.
Las protectoras de animales también se han quedado medio vacías. Solo quedan el 50% de perros y la gran mayoría son de las llamadas razas peligrosas, pero no por ellos deberían estar estigmatizados.
Todos los profesionales ahora están preocupados por lo mismo, si cuando empecemos a viajar y a hacer vida normal se van a producir más abandonos. Por el momento cruzan dedos y nos recuerdan que si entra en nuestra casa siempre tendrá que ser un miembro más de la familia.
Los perros pueden reconocer su propio cuerpo como un obstáculo y también comprender las consecuencias de sus propias acciones, según un estudio con 32 canes domésticos publicado en 'Scientific Reports'. Investigaciones anteriores han demostrado que los perros tienen capacidades cognitivas complejas, como la empatía y el aprendizaje social, pero no estaba claro si también muestran alguna forma de autoconciencia.
Los investigadores Péter Pongrácz y Rita Lenkei, de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, probaron perros en una tarea durante la cual los animales tenían que recoger y entregar un juguete a su dueño, mientras estaban parados sobre una pequeña alfombra a la que estaba sujeto el juguete. Para levantar el juguete, los perros tuvieron que abandonar la alfombra.
Los autores descubrieron que los perros abandonaban la alfombra con más frecuencia y antes cuando el juguete se colocaba en la alfombra que en los experimentos de control, en los que se fijaba al suelo y dejar la alfombra no afectaba la capacidad de los perros para pasar el juguete a sus dueños.
También se descubrió que los perros abandonan la alfombra más a menudo con el juguete en la boca si está pegado a la alfombra que si está pegado al suelo. Los hallazgos sugieren que los perros fueron capaces de reconocer su propio cuerpo como el obstáculo que les impedía entregar el juguete a su dueño y que diferenciaron entre condiciones cuando era necesario dejar el tapete para completar la tarea y cuando dejar el tapete no resolvía el problema.