Vimos un silencio abrumador; el abrazo infinito de los padres de Gabriel. Nos dejó mudos. Y un grito desgarrador: “la bruja no debe salir de prisión. Creo que lo hemos conseguido. No debería estar en la sociedad. Es un peligro”. Piden prisión permanente revisable. El veredicto está en la senda. Ana Julia se aprovechó de la confianza de Gabriel, en la relación de su padre con ella. Lo interceptó, se lo llevó a un sitio propicio; apartado y solitario para que nadie la viera. Si recordamos el juicio le cogió las llaves al padre del niño, se quedó con dos juegos y le llamó para que quitara la alarma cuando no era necesario porque ella tenía el mando. Solo intentaba asegurarse de que no iría a la finca. Le atacó de manera “sorpresiva y repentina sin posibilidad de defensa por parte del menor”.
Esa alevosía califica el asesinato, lo cual deja el camino despejado a que se utilice el desvalimiento por ser menor de 16 años para imponer prisión permanente revisable. Se trata de utilizar el mismo agravante para castigar dos veces, explican los penalistas consultados. Un tema delicado en Derecho porque hasta no hace mucho se consideraba que el uso duplicado de la alevosía quiebra el principio “non bis in idem”, no dos veces por los mismo; muy conocido porque no se puede juzgar dos veces por los mismos hechos. Pero hay discrepancias jurídicas. En Tenerife, un abuelo, discapacitado, fue asesinado con alevosía. El Supremo rechazó la prisión permanente porque se había utilizado el desvalimiento dos veces, para el asesinato y para la prisión permanente. En Vitoria una niña de 17 meses fue arrojada por el balcón. Se aceptó la permanente porque distinguió la forma en la que se cometió el delito y la agravación por la edad. Muy parecido al caso Gabriel.
Ahora todo depende de la redacción de la sentencia que haga la magistrada. El abogado de los padres, Francisco Torres, considera que es prisión permanente revisable sí o sí. Está convencido a pesar de que no ganó el ensañamiento que habría posibilitado usar la alevosía solo una vez (asesinato con ensañamiento, prisión permanente revisable con la alevosía). Lo introdujo porque en contra de los forenses oficiales de la Fiscalía, los suyos determinaron una agonía de 45 minutos, “un sufrimiento excesivo por encima de los necesario”. Pero el jurado no lo creyó. Se quedaron con la versión de la fiscal que, sin embargo, uso la palabra sufrimiento cuando explicó que Gabriel se resistió durante 20 minutos “hasta que Ana Julia con su fuerza venció la resistencia”. Pero la fiscal no lo calificó de ensañamiento. Sí de superioridad porque Gabriel medía 1,30 y pesaba 24 kilos. Lo hizo para tener más agravantes en el caso de que el jurado se decantara por el homicidio doloso. No ha hecho falta. El veredicto describe un asesinato con alevosía; dos alevosías por separado. La de la autora buscando la manera de ejecutar su plan sin resistencia, el asesinato, agravado de nuevo por el parentesco, que dejaron probado los jurados, y la alevosía del desvalimiento por ser un niño de ocho años que justifica la prisión permanente revisable. Se basa en la nueva doctrina del Supremo, de julio de 2019. Dos fundamentos distintos (de una misma palabra), doble castigo. La defensa lo luchará y anuncia recurso antes de conocer la sentencia. El caso seguro que acabará en el Supremo.