Amelia: "En la adolescencia influida por la ideología 'queer', pensé que era un hombre en el cuerpo de una mujer"
Gabriela Rodríguez (@GraceNicieza)
Amelia, una joven que pensó que era un hombre
Aumentan el número de casos de adolescentes que quieren someterse a tratamientos hormonales para cambiar su aspecto físico
Países como Finlandia, Suecia o el Reino Unido han revisado sus pautas de tratamiento
Una agrupación de familias, Amanda, pide prudencia en el abordaje de estos casos concretos en las unidades de género
En los últimos años ha aumentado exponencialmente a nivel global el número de adolescentes que anuncian de manera repentina su deseo de someterse a tratamientos hormonales para cambiar su aspecto físico y adquirir caracteres sexuales del otro sexo. Es lo que una doctora estadounidense ha bautizado como "disforia de inicio rápido". Afecta sobre todo a niñas adolescentes, generalmente con problemas psicológicos previos. Una agrupación de familias, Amanda, pide prudencia en el abordaje de estos casos concretos en las unidades de género.
Cuando era pequeña a Amelia le gustaban el fútbol y los videojuegos. "Había sectores que por esas aficiones me decían que era un marimacho", explica. La acosaron en el colegio, sufrió abusos sexuales y todo esto la hizo sentirse mal con su cuerpo. "Con la adolescencia, al influenciarme por el colectivo 'queer', sí que entró más fácil esa idea de que era un hombre atrapado en un cuerpo de mujer", comenta la joven.
"Generalmente son niñas que tienen antecedente de otro tipo de situaciones que tienen que más que ver con enfermedades mentales. Ansiedad, depresión, trastornos obsesivo-compulsivos", explica Maricruz Almaraz, médica endocrinóloga de la unidad de género de Málaga.
Por eso, durante años buscó un aspecto masculino, ocultó su pecho con vendajes y se cambió el nombre en su entorno social. El proceso para cambiar de sexo depende de leyes autonómicas, que en muchos casos han reducido el acompañamiento psicológico a los pacientes.
"Si dejamos que la adolescencia avance y progrese, sabemos que más del 80-85 por ciento de las personas que presentan esta disforia de género la resuelven", asegura José Errasti, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo.
Países como Finlandia, Suecia o el Reino Unido ya han revisado sus pautas de tratamiento, priorizando las intervenciones psicológicas a las médicas en menores.