Un testigo ha grabado una agresión machista en el metro de Barcelona. Un hombre abofeteaba a su pareja tras una discusión. La joven recibió un fuerte golpe en la cara y, además, un empujón por parte de su agresor.
El testigo que estaba grabando desde el otro andén, avisó a la policía pero la víctima se negó a denunciar. Tras ver las imágenes, los agentes han decidido actuar de oficio y denunciar al hombre.
La mujer que en julio de 2019 increpó, insultó y vejó a dos lesbianas que se besaban en el metro de Barcelona, acción que captaron en un video que se hizo viral, ha aceptado seis meses cárcel, que no cumplirá si paga una multa, indemniza a sus víctimas y sigue un curso de derechos humanos en materia de igualdad y diversidad afectiva y de género.
A propuesta de la fiscalía, la mujer ha aceptado este acuerdo durante el juicio que se ha celebrado en la sección 10ª de la Audiencia de Barcelona, según ha informado a Efe Eugeni Rodríguez, presidente del Observatorio contra la Homofobia (OCH), entidad que ejercía la acusación particular y que se ha adherido a la petición fiscal del acuerdo.
La condenada tendrá que pagar 500 euros por daño moral a una de las víctimas y 850 a la otra por daños morales y lesiones, además de una multa de 540 euros, que podrá pagar en un plazo de dos años a razón de 78 euros mensuales, ha explicado a Efe el abogado de la acusación particular, Ton Mansilla.
Rodríguez ha valorado positivamente el acuerdo, "porque la agresora ha reconocido los hechos y se reparará a las víctimas", en el que ha sido uno de los primeros juicios en España por LGTBIFobia en el transporte público.
El caso ocurrió en la línea 2 del metro de Barcelona cuando la mujer, que viajaba con un bebé, reprochó a la pareja que se besara en público y delante de un niño e insultó a las mujeres, que grabaron con su móvil cómo recibían los insultos y un intento de agresión.
Aunque el vagón iba lleno de pasajeros, solo una mujer musulmana intentó frenar y reprochó la actitud lesbofóbica de la mujer, que hoy ha reconocido los hechos y ha aceptado el acuerdo con la fiscalía, que le acusaba de un delito de odio y otro de lesiones leves y que incluye también una orden de alejamiento y de no comunicación con las víctimas durante tres años.