El abuso sexual es una de las formas más graves de violencia hacia la infancia. Según un informe de Save The Children, entre un 10 y un 20 % de la población en España ha sufrido algún tipo de abuso sexual durante su infancia. La edad media de las víctimas ha bajado y se sitúa en los once años.
Once años es la edad media a la que los niños que sufren abusos sexuales comienzan a ser víctimas. En el Día de la Infancia que se ha celebrado esta semana, la ONG Save The Children no solo ha puesto sobre la mesa unas cifras demoledoras, sino que además, ha hecho un llamamiento sobre el calvario que supone para estas víctimas el proceso judicial al que deben enfrentarse.
El informe ‘Los abusos sexuales hacia la Infancia en España’ señala lo duro que es para los menores relatar una y otra vez su historia en los juzgados. Para evitarlo, los expertos piden que se creen estructuras especialistas en este tipo de violencia.
La respuesta contra la violencia sexual hacia los niños y adolescentes debe “ser integral. Debe abordar todas las formas de violencia (maltrato, grooming, abuso sexual, etc.) y debe ir desde la concienciación y la prevención hasta la recuperación”.
Se estima que entre un 10 y un 20 % de la población en España ha sufrido algún tipo de abuso sexual durante su infancia. Según el análisis de casi 400 sentencias judiciales, un 44,7 % de los abusos se producen entre los 13 y los 16 años, aunque la edad media en la que los niños y las niñas comienzan a sufrir abusos es muy temprana, a los 11 años y medio.
La mayoría de las víctimas son mujeres: en el 78,9 % de los casos analizados las víctimas son niñas y adolescentes.
Llama la atención que la mayoría de las veces, el principal peligro para los niños que sufren abusos sexuales está en su entorno. Cuatro de cada cinco menores víctimas de abusos sexuales lo ha sido en su entorno, a veces, en su casa e incluso por gente que conocían. El agresor es el padre en el 24% de los casos de abusos sexuales que se producen en el entorno familiar.
El abuso sexual es una de las formas más graves de violencia hacia la infancia. Los abusos sexuales tienen consecuencias emocionales, sexuales y sociales a corto y a largo plazo para las víctimas. Puede ser más o menos violento y, a su vez, englobar diversas conductas y actos sexuales.
Los niños y las niñas no son capaces de dar su consentimiento ni de comprender la situación que están viviendo. El tipo de abuso, quién lo comete, así como la respuesta del entorno al mismo, puede determinar el grado de sus consecuencias en la víctima.