El sistema educativo español tiende a mirarse en el espejo finlandés año tras año. El último informe PISA situaba al país nórdico en lo alto de la excelencia europea homologable con el resto de países occidentales. La OCDE presentaba este martes el estudio titulado 'Panorama de la Educación 2019 en el que se evidenciaba que los estudiantes españoles de Secundaria tienen 130 horas más de clase que la media del resto de alumnos o lo que es lo mismo, 252 más que sus compañeros finlandeses.
Los sistemas educativos obligatorios español y finlandés mantienen a sus alumnos a lo largo de 10 años en sus aulas aunque las horas lectivas varían sensiblemente de un país a otro. En conjunto, los alumnos españoles están en las aulas 393 horas más que los finlandeses, 141 en Primaria y 252 en Secundaria (primer ciclo).
En cuanto a las asignaturas España dedica al área de Lengua y Literatura, que incluye la enseñanza de lenguas cooficiales, un mayor porcentaje de tiempo (17 %) en comparación con la media de la OCDE y la UE23 (15 %). El área de Matemáticas tiene el mismo porcentaje en España y en las medias
internacionales (13 %). Sin embargo, el área de Ciencias Naturales (11 %) queda en esta etapa un
punto porcentual por debajo de las medias internacionales (12 %). El segundo idioma y otras lenguas tienen asignado en España un 11% del tiempo total, por debajo de las medias de OCDE y UE23. Sin embargo, el porcentaje de España no recoge el tiempo dedicado a otras lenguas que se contabiliza en categorías diferentes no incluidas en la figura anterior, dado que son asignaturas específicas que no eligen todos los estudiantes.
Las ratios alumno/profesor entre ambos sistemas también ayudan a comprender la diferencia de resultados entre los alumnos españoles y finlandeses. Mientras en Primaria, los ratios sin iguales en ambos países y en la media de la OCDE, (14), el en caso de la primera etapa de Secundaria, ambas ratios se separan de forma sensible mejorando en el caso finlandés situándose en un (9) frente a (12) en España.
Otro de los elementos que nos diferencian y perjudican es el número medio de alumnos por clase. En España el tamaño de la clase de Secundaria se sitúa 21 alumnos, una cifra que coincide con la media de la OCDE y es un alumno superior a la media de la UE23. La realidad finlandesa es mejor ya que sus aulas tienen 20 alumnos en Primaria y mejoran aún más en Secundaria al bajar hasta 19 alumnos frente a los 25 de España.
Otro de los criterios que diferencian a ambos sistemas educativos es el de tiempo de dedican los docentes a su trabajo y que se compone de multitud de tareas que, dado el limitado tiempo de que disponen, se solapan en no pocas ocasiones.
El informe de la OCDE destaca que la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes depende también de la manera en la que los profesores distribuyen su tiempo de trabajo tanto en la clase como en el centro educativo. Y es que la calidad de la enseñanza en el aula depende en buena medida de la planificación y preparación de las clases: del mismo modo, la calidad de la enseñanza depende de las medidas de apoyo a la enseñanza y el aprendizaje que los directores ponen al servicio de estudiantes y docentes.
Los datos estadísticos muestran también elementos que marcan importantes diferencias entre los profesores españoles y finlandeses. Así, mientras en Finlandia, los profesores y maestros dedican un 20,7 horas de su tiempo a la enseñanza, en España es de 19,6 horas. A la planificación, las diferencias son similares ya que ellos dedican 4,9 horas a la planificación de las enseñanzas mientras que en España se emplean 6,2.
En cuanto a cómo emplean los docentes su tiempo en el interior de las aulas, vemos en en Finlandia, los maestros y profesores dedican un 80,2 por ciento como tiempo real de enseñanza, 13,6 por ciento a poner orden en el aula y un 6,2 por ciento para tareas administrativas. En España los datos son sensiblemente diferentes ya que el 75,6 por ciento corresponde a tiempo real de enseñanza, 16,4 a poner orden en clase y, finalmente, un 7,9 por ciento en tareas administrativas.
Los sistemas educativos compiten con otros sectores económicos para atraer a los mejores profesionales. Las investigaciones más recientes muestran que el salario y las oportunidades de empleo se encuentran entre los factores que hacen atractiva la carrera docente (Johnes & Johnes, 2004). Por otro lado, el salario relativo del profesorado con el de otros trabajadores con el mismo nivel educativo, así como las oportunidades de crecimiento salarial, podrían tener una gran importancia a la hora de decidir la carrera profesional de los nuevos graduados.
En general, el salario en España es superior al salario medio del conjunto de países de la OCDE y de la UE2 3, tanto si se compara la retribución inicial, como después de 15 años o la retribución máxima en la escala.
En los inicios de la carrera docente, los profesores españoles de Educación Primaria tienen un salario un 23,5% superior a la media de la OCDE y un 23,7% superior a la media de la UE23. La diferencia es aún mayor en la Educación Secundaria, con salarios iniciales que superan el 32% las medias internacionales en la primera etapa, mientras que en la segunda etapa superan el 26% al salario medio de la OCDE y al 29% al de la UE23. Sin embargo, al considerar el salario máximo al que el profesorado de España puede aspirar, las diferencias con las medias internacionales se reducen, pero siguen siendo superiores en todas las etapas educativas, entre un 4,7% y un 7,4%.
Este es uno de los aspectos en los que España y Finlandia divergen de forma considerable porque los maestros finlandeses de Primaria entran cobrando solo un 2,6 por ciento de la media de la OCDE y su techo salarial se sitúa un 17'7 por ciento por debajo de este umbral. En la primera etapa de Secundaria, los docentes de Finlandia perciben un salario un 7 % por debajo de la media de la OCDE y su máximo se queda un 16,8 por ciento por debajo de esta media.
Solo los años que tarda un profesor español en alcanzar su tope salarial es sensiblemente peor en comparación con sus homólogos finlandeses ya que necesitan 39 años frente a los 20 de Finlandia.
El género del profesorado es uno de los factores más igualitarios entre ambos sistemas. Así, desde el nivel de Educación Infantil hasta la segunda etapa de Educación Secundaria, la mayoría del profesorado son mujeres en casi todos los países de la OCDE, disminuyendo el porcentaje de profesoras conforme aumenta el nivel educativo. Solo en Educación Terciaria la proporción de profesoras es menor que el de profesores para todos los países analizados en este informe con la excepción de Finlandia, donde superan ligeramente la mitad del profesorado.
En España, un 92,7 % del profesorado son mujeres en Educación Infantil, un 76,8 % en Educación Primaria, un 60,3 % en la primera etapa de Educación Secundaria, un 55,2 % en la segunda etapa de Educación Secundaria y un 43,4 % en Educación Terciaria. En el caso finlandés los porcentajes son de un 97,3 % en Infantil, 79,6 % en Primaria, 74,5 % en primer ciclo de Secundaria, 60,1 % en la segunda etapa de Secundaria (Bachillerato, en España), y 59,9 en educación Terciaria (Universidad).