Las palabras de la vicesecretaria de Acción Social del PP, Isabel García Tejerina, han dado lugar a una polémica que trae cola. “En Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León”, ha dicho, en unas desafortunadas declaraciones que, –dando prioridad a la coherencia y la lógica–, no han encontrado el respaldo del PP en Andalucía.
No obstante, otras voces de la formación sí le han manifestado su apoyo, y entre ellas nada más y nada menos que la del líder de la formación, Pablo Casado, quien ha salido en su defensa llamando a no “confundir” su crítica, que, –según se ha apresurado a matizar la propia Tejerina–, estaba dirigida a los “40 años de pésima gestión del PSOE” en la comunidad autónoma y no a los andaluces, sus profesores y sus alumnos.
Y en esta matización, la vicesecretaria sectorial del PP ha ahondado aún más en la politización de la cuestión asegurando que las comunidades gobernadas por el PP están “entre las primeras a nivel mundial” según el informe PISA.
Sin embargo, refriegas políticas aparte y ciñéndonos estrictamente a la educación, lo cierto es que Castilla y León puede presumir de tener un sistema educativo que es una referencia, no solo para el conjunto de las comunidades autónomas de España, sino también en el ámbito internacional, de acuerdo al citado informe, que, por cierto, se realiza analizando a alumnos de 15 años (y no de 10 ni de 8).
DATOS ESTADÍSTICOS
Embarcándonos en los datos estadísticos recopilados por el Programa de Evaluación Internacional de los Alumnos, el cual evalúa “el grado en que los jóvenes de 15 años han adquirido el conocimiento, la comprensión y las destrezas fundamentales para participar plenamente en las sociedades modernas”, tomando una muestra de alrededor 540.000 estudiantes de esa edad, y pertenecientes a las escuelas de los 72 países y economías participantes, las cifras relativas a los campos de estudio, –Ciencia, Lectura y Matemáticas– son reveladoras: Castilla y León se sitúa a la cabeza entre las comunidades autónomas de España en el campo de la Ciencia, con 519 puntos, seguida de la Comunidad de Madrid (516); Comunidad Foral de Navarra (512); Galicia (512); y Aragón (508); todas ellas por encima de la media de España y la OCDE, ambas situadas en 493.
Pero si en el campo de las Ciencias Castilla y León puede situarse en este informe a la altura de potencias como China, en el de la Lectura está tan solo a cuatro puntos de Finlandia, país que ocupa la tercera posición analizando la puntuación más alta de todas (526), por detrás de Canadá (527) y Singapur (535). Con 522, Castilla y León, nuevamente, se sitúa con la mejor marca entre todas las comunidades de España en lo que se refiere a comprensión lectora.
Finalmente, en el siempre temido terreno de las matemáticas, es la Comunidad Foral de Navarra quien le quita el liderato a Castilla y León, con 518 puntos frente a 506; valores que superan la media española, situada en 486, así como la de la OCDE, establecida en 490.
Por su parte, en lo que respecta a Andalucía, se sitúa a la cola en el campo de la Ciencia (473); penúltima (por detrás de Extremadura) en comprensión lectora (479); y penúltima en el campo de las matemáticas (466).
Sin embargo, estos datos no han de servir para desacreditar la calidad de la educación en otras regiones, sino para ensalzar las virtudes de Castilla y León para desarrollar un sistema educativo eficaz y eficiente que, como decimos, destaca también en una comparativa internacional.
EL SISTEMA EDUCATIVO DE CASTILLA Y LEÓN
Así las cosas, lo que conviene analizar es cuál es la clave de ese éxito. ¿Responde a una mera cuestión de financiación? ¿Es mejor un sistema educativo cuanto más dinero se invierte en los alumnos? ¿Cuáles son las aportaciones cualitativas que hacen de Castilla y León un referente?
La respuesta a las dos primeras cuestiones es no, con ciertos matices a desarrollar. En primer lugar, para que un sistema educativo sea eficaz evidentemente precisa de una buena financiación y sustento económico, pero, como cabe esperar, no necesariamente es quien más gasta es el que obtiene los mejores resultados. Si esto fuese así, el País Vasco coparía la estadística, pues posee el mayor gasto público por alumnos, con 7.320 euros; un 63% más que Madrid que destina 4.496 (el que menos emplea), de acuerdo a la monografía ‘Diferencias educativas regionales 2000-2016’. Condicionantes y resultados’, de la Fundación BBVA y el Ivie. Sin embargo, la capital sigue de cerca a Castilla y León en cuanto a resultados, lo que nos lleva a subrayar que, –además del esfuerzo que destina cada hogar a dichos alumnos–, lo verdaderamente importante a este respecto es cómo se gestiona no solo el dinero público, sino todos aquellos recursos encaminados a construir un modelo educativo de calidad.
UNA CUESTIÓN CUALITATIVA
Y si de calidad estamos hablando, debemos dejar atrás el análisis estadístico para centrarnos en aquellas medidas que, desde el ámbito cualitativo, contribuyen a esos buenos resultados.
En este contexto, el ‘Plan global de mejora de resultados escolares de Castilla y León’ nos sitúa en la pista. La comunidad emplea gran parte de sus esfuerzos en la mejora de las calificaciones de sus estudiantes, y para ello concede una gran importancia a un sistema de evaluación continuo, empleando diversos programas y utilizando sistemas de indicadores de educación. De hecho, la Consejería de Educación de Castilla y León cuenta con un programa de mejora específico en la ESO que trabaja en cada uno de los centros que se encuentran por debajo de la media para mejorar sus resultados. Analizar la trayectoria de cada centro de Secundaria es una cuestión prioritaria.
Más allá, los centros educativos son entendidos como “núcleos de operaciones de una organización que aprende”, esto es, que evoluciona a lo largo del tiempo con el objetivo de obtener un progreso. Y ese progreso no se refiere únicamente a evaluar a los estudiantes por sus notas, sino que además tiene en cuenta el valor añadido que poseen.
Al igual que se da una importancia clave al alumnado, no menos importante es el clima escolar en el que se desarrolle la enseñanza, así como el grado de cualificación del profesorado.
En este sentido, y trabajando en la educación como un conjunto de factores e individuos que han de ir de la mano, implantar nuevos programas, evaluarlos y mejorarlos es el bucle que se retroalimenta cada año a través de equipos de asesoramiento y supervisión.
A este respecto, a través de un ‘Plan de Atención a la Diversidad’ se proporciona a los alumnos más vulnerables, –“como alumnos con discapacidad, procedentes de otras culturas o entornos desfavorecidos”–, una “oferta educativa personalizada a cada alumno”, para atender sus necesidades y características.
Imagen: Consejería de Educación de Castilla y León
IMITAR LO QUE FUNCIONA EN OTROS PAÍSES
En esta línea, para mejorar y conseguir buenos resultados no basta con mirarse a sí mismo. Para superarse, Castilla y León implementa programas y sistemas de enseñanza que han triunfado en otros países con reconocido prestigio en el campo de la educación. Concretamente, en su ‘Programa de Mejora de las Matemáticas’ aplica sistemas como el ‘Jump Math’, implantado en países como Canadá, EEUU y Gran Bretaña, entre otros, además de utilizar métodos de matemáticas que se utilizan en la Oxford University Press, como el proyecto ‘numicon’, que pretende dar un enfoque multisensorial para que el alumno entienda la idea del número y las relaciones numéricas que se establecen entre ellos. El proyecto llegó a España en 2014 y se utiliza en más de 700 centros (de todas las comunidades). En total son 68.000 alumnos los que están usando numicón en nuestro país, que además cuenta con material específico para alumnos con dificultades y necesidades educativas especiales.
Más allá, con el mismo propósito, Castilla y León también incorpora en su sistema educativo “libros de texto y materiales didácticos” basados en metodología utilizada en los centros educativos de Singapur.
INCENTIVAR LA LECTURA
De igual modo, y como es de prever, la Consejería de Educación de Castilla y León también recoge en su plan distintos programas para incentivar la lectura, concediendo una importancia clave a la “detección precoz de las dificultades de lectura a través de pruebas realizadas en los cursos de Educación Infantil”. Para aplacar posibles deficiencias en este ámbito, se utilizan programas de “estimulación psicolingüística” que incentiven el progreso.
Igualmente, se celebran certámenes de lectura en público y se ha trabajado en el refuerzo de la lectura digital mejorando las bibliotecas escolares.
PREVENIR SITUACIONES DE ABANDONO ESCOLAR TEMPRANO
En este contexto, todo trabajo sería en vano si el alumno, lejos de buscar el aprendizaje y la mejora de sus conocimientos, abandonase los estudios. Por ello, otro punto fundamental son los programas que Castilla y León aplica para prevenir el abandono escolar temprano, del mismo modo en que se abordan medidas de “acompañamiento” cuando los alumnos llegan a 4º de la ESO para asegurar que el estudiante finaliza la titulación. Para ello, ayuda tanto a centros como a alumnos, evaluando cuáles son aquellos institutos en los que hay más estudiantes en riesgo de no obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
Concretamente, acoge y refuerza a aquellos “alumnos que en la última evaluación realizada hayan suspendido un mínimo de tres y un máximo de seis materias, de las que al menos una sea Lengua Castellana y Literatura o Matemáticas, y al menos dos sean materias troncales generales”.
PROGRAMAS DE GRATUIDAD DE LIBROS DE TEXTO
En adición, la ayuda aportada por Castilla y León se extiende también a las familias de los alumnos, ofreciendo un programa de gratuidad de libros de texto, según el cual a los beneficiarios se les concede 240 euros para financiar la adquisición de libros de texto de educación primaria y 310 para financiar los de la ESO. Además, más allá del aporte dinerario, proporcionan libros de textos del banco de libros y su programa ‘Releo Plus’, tal como se puede consultar en la página del Portal de Educación de Castilla y León.
RECONOCIMIENTO A LOS PROFESORES
Finalmente, y como ya se ha mencionado, la importancia que se le concede a los profesores es otro factor determinante. De hecho, se reconoce la figura de los ‘profesores honoríficos colaboradores’, los cuales aportan su significativa experiencia profesional y sus amplios conocimientos para contribuir también a la mejora y consolidación de los resultados de los estudiantes.
Sin remuneración y voluntariamente, estos docentes jubilados que antaño prestaron su servicio en centros de Castilla y León, constituyen otro valor añadido extraordinario que contribuye a la calidad de un sistema educativo que, como podemos concluir, ha de servir de ejemplo para otras comunidades.