La segunda jornada del juicio por el asesinato de Diana Quer se ha desarrollado durante la jornada de hoy. En ella han testificado familiares y conocidos de José Enrique Abuín, además de otros testigos relevantes para el caso. Uno de los testimonios más reveladores ha sido el de un amigo de la infancia de El Chicle, en su declaración ha descrito al asesino confeso de Diana como un acosador y mentiroso.
Este testimonio ha tirado parte del relato de El Chicle por tierra. Abuín, que declaró durante la primera jornada del juicio, dijo que improvisó el sitio en el que ocultar el cuerpo de Diana. Añadió que desconocía si el pozo tenía agua dentro o no, ya que nunca lo había abierto. Sin embargo, hoy su amigo de la infancia ha negado que eso sea verdad. Ha declarado que ambos abrieron el pozo en una ocasión, una de las veces que juntos fueron a la nave de Asados.
Manuel ha declarado además que ambos vieron como había agua dentro del pozo, un agua que ha descrito como “limpia". Además ha añadido que el interior estaba muy oscuro, tanto que no se podía ver el fondo, ni apreciar su profundidad exacta pero que asegura, era profundo.
La nave de Asados era conocida por El Chicle perfectamente, así lo ha afirmado su amigo. Le acompañó dos veces a coger muebles, una de las cuales Abuín le preguntó que si quería ver un pozo. Le enseñó el pozo y ha relatado como juntos levantaron la tapa “hicimos cuña con un hierro, con un desmontable”, el mismo desmontable que El Chicle llevaba siempre en el coche, como ayer mismo relató. Además relata que necesitaron la ayuda de un cable, que encontraron por la nave, parte que si coincide con lo relatado por Abuín, que también declaró que necesitó la ayuda de un cable para levantar la tapa de hormigón.
El amigo íntimo de El Chicle ha contado además partes muy relevantes del comportamiento del acusado. Ha declarado que iban en muchas ocasiones a discotecas y a clubs de alterne, cuando Abuín ya estaba casado con Rosario Rodríguez y tenía una hija. A esta primera le decían que iban a robar gasoil, lo mismo que le dijo la noche que desapareció Diana. Sin embargo, era mentira, incluso llegaban a meter garrafas en el coche para simular que iban a robar.
La realidad es que iban a discotecas, en las que Abuín trataba de ligar con jóvenes. Así lo ha contado Manuel, le gustaban jóvenes, de veintipocos, ha dicho, en ese momento El Chicle tenía 38 años aproximadamente. Incluso este testigo ha sido más preciso sobre los gustos de Abuín, “Morenas, de pelo largo, delgadas”, una descripción idéntica a la del aspecto de Diana Quer. Respecto a las visitas a los clubs de alterne ha declarado que no recuerda exactamente en cuantas ocasiones le acompañó pero que fueron muchas, a distintos clubs distribuidos por varios puntos de Galicia, “Santiago, Vigo, Pontevedra”, ha dicho.
No solo iban juntos a las discotecas y los clubs de alterne, además iban a institutos y colegios. Ha declarado que iban durante el día y que es algo que ocurrió en muchas ocasiones. Desde el Alfa Romeo que conducía el acusado, el mismo en el que introdujo por la fuerza a Diana, gritaba a las menores “guapas, tías buenas, morena”. Respecto a si llegó a contactar con alguna de estas menores el testigo ha dicho que llegó a hablar con menores por Facebook. Incluso, ha declarado, trató de ligar con la hermana de este, que no quiso.
El Chicle y Manuel llegaron a tener conversaciones sobre Diana Quer. En ellas el acusado decía que no encontrarían nunca a Diana, que se había ido de España. Mientras que el testigo pronuncia estas palabras, el acusado niega repetidamente con la cabeza, algo que se ha prolongado a lo largo de toda la declaración. Mientras que ayer veíamos a un acusado mucho más pasivo ante las palabras de fiscalía, acusación particular y su defensa, hoy los gestos han sido continuados. Ayer solo reaccionaba cuando la fiscal afirmaba que el acusado había agredido sexualmente a Diana. Hoy las muecas, muestras de desacuerdo y de asombro y negaciones se han sucedido a lo largo de varios testimonios. Manuel ha descrito a su amigo de la infancia como un acosador, muy insistente, pesado y ha finalizado con otro adjetivo, muy mentiroso.
En esta segunda sesión han declarado además tres mujeres que fueron acosadas por El Chicle. Dos de estas testigos son hermanas, se encontraban juntas junto a una tercera joven en el momento en el que Abuín paró su coche cerca de ellas y comenzó a hablarlas. Era 23 de diciembre de 2017, las tres salían de una cena de navidad en Boiro. Un hombre paró su coche, un Audi oscuro, y comenzó a hablar con ellas. Le describen como alguien muy insistente, con predilección por una de ellas, a la que le llamaba rubia. Les ofreció acercarlas en el coche pero estas se negaron.
Desde dentro del bar al que le habían dicho que se dirigían vieron como el coche de El Chicle llegó a pasar por delante de tres a cuatro veces, observaron cómo paraba y miraba al interior del local. Las testigos no le dieron importancia al suceso, aunque si que se lo comentaron a varias personas, algunas de ellas las que les acompañaban en el interior del bar. Le describen como pesado, pero no agresivo.
Una de las testigos afirma que el acusado le dijo “Rubia ven aquí”, algo especialmente relevante, ya que en el último mensaje que envió Diana alertó a un amigo de que alguien le decía “Morena, ven aquí”. No fue hasta el 29 de diciembre de 2017, dos días antes de que se hallase el cuerpo de Diana, cuando estas dos mujeres dieron importancia a lo que había pasado hace tan solo unas noches.
Abuín fue detenido el 29 de diciembre, se filtraron fotografías suyas mediante los medios de comunicación. En este momento reconocieron al acusado, una de ellas llamó a la otra y le dijo que encendiese la televisión, quería saber si reconocía al hombre que veía, algo que hizo. Hoy cuenta que se echó a llorar al instante, ya que identificó a Abuín inmediatamente. Además, al preguntarle si se hubiese sentido intimidada de ir sola ese día por la calle, ha dicho una de las frases más duras de su testimonio “Yo creo que si no hubiese estado acompañada no estaría aquí sentada”.
La tercera mujer que ha declarado en esta sesión contra El Chicle ha sido una mujer. Afirma que una tarde, a las 19:35 aproximadamente, se encontraba en la calle esperando a su marido cuando el acusado paró su coche a su lado. Se bajó del vehículo y ella salió corriendo de inmediato, mientras tanto afirma que él le gritaba “ven que lo vamos a pasar bien”. Añade que sintió terror, que le salvó que una furgoneta pasó y El Chicle retrocedió, tras lo que continuó tras ella hasta que por suerte llegó su marido. Ambos le persiguieron en el coche, sin embargo, pararon por el estado de nervios en el que se encontraba la testigo. No lo denunció hasta que no le reconoció por la televisión, mientras que declara El Chicle ríe y niega.