Impasible, cabizbajo y escondido tras la pantalla, la actitud día día de El Chicle durante el juicio
El comportamiento de José Enrique Abuín en cada una de las sesiones del juicio por el asesinato de Diana Quer
El Chicle llegó el pasado 12 de noviembre impasible a la sala, cabizbajo se sentó en la silla y se escondió tras la pantalla del ordenador. Miraba hacia el teclado mientras que las cámaras le fotografiaban, era la primera vez que se le veía tras el juicio por el intento de rapto a una chica en Boiro, celebrado en abril.
En la primera sesión del juicio solo hubo una reacción, un solo movimiento durante horas de sesión. Se produjo durante el relato de la fiscalía, en el que exponía su primer alegato y le acusaba de retención ilegal, violación y asesinato. En ese momento Abuín negó levemente con la cabeza. Fue en esta misma sesión cuando intervino y prestó declaración. Contó como le quitó la vida a Diana con una frialdad absoluta, sin embargo, su versión es inverosímil.
MÁS
Su relato exponía como se encontró con Diana, a la que confundió con una feriante, que inmediatamente, y con una sola mano la estranguló. En una posición imposible y fracturándole el hueso hioides. En menos de 120 segundos, según la reconstrucción que se vio el pasado viernes, en la novena sesión. Además, durante esos dos minutos, según su versión, introdujo a Diana en los asientos traseros del coche y en el maletero las garrafas en las que había robado gasolina, a pesar de que a nadie le faltó esa noche.
En esta primera sesión también declararon como testigos los padres de Diana. Mientras tanto, ni un solo gesto, brazos cruzados en la mesa y cabeza gacha. Ni siquiera se inmuta cuando Diana López-Pinel, la madre de Diana Quer, le interpela, dirigiéndose a él directamente como el asesino de su hija Diana, al que le llama "chiquilín".
En la segunda sesión se pudo ver como tomaba una actitud más activa. Negaciones constante, caras de asombro, y es que declaraba Manuel, su amigo íntimo desde la infancia. Durante su testimonio Manuel contó como actuaba El Chicle, como juntos iban a discotecas cuando Abuín estaba casado, cuál era su actitud al ligar con las mujeres, que los dos iban a institutos a acosar a menores desde el coche del acusado o los lugares en los que ambos frecuentaban clubs de alterne. En cuanto al aspecto de las chicas que le gustaban a El Chicle fue muy claro, morenas, de pelo largo, y delgadas, una descripción exacta de Diana. Además, este testigo afirmó que Abuín era insistente con las mujeres y muy mentiroso.
El Chicle no dejó de negar con la cabeza durante todo el testimonio y siguió haciéndolo cuando declararon tres mujeres que afirmaban haber sido acosadas por él. Volvió a la impasibilidad que había adoptado cuando declaró su mujer, y parte de su familia, entre la que estaba su cuñada, la hermana gemela de su esposa, a la que presuntamente violó cuando esta solo tenía 16 años.
En las sesiones en las que declararon forenses, agentes de la guardia civil, buzos e investigadores, de nuevo impasible. Durante la declaración de uno de los buzos que rescató el cuerpo de Diana la acusación pidió que se emitiera la grabación que se tomó del interior del pozo antes del rescate. Se emitió en la pantalla bajo la que El Chicle se ha escondido durante todas las sesiones, aunque él prefirió no mirar.
Sin embargo, sí que observó con atención cuando se emitió la prueba audiovisual en la que junto a agentes de la Guardia Civil reconstruía los hechos. Incluso llegó a tomar nota con un bolígrafo, uno de los pocos momentos en el que le hemos visto atento durante las once sesiones en las que se ha desarrollado el procedimiento.
En este video se podía ver como se desenvolvía con tranquilidad, tanto que se le veía riendo en sendas ocasiones. Algo que el padre de Diana no pudo aguantar, fue el viernes pasado, cuando le espetó “Podría haber sido tu hija”. Y es que Juan Carlos Quer hasta ese momento había aguantado las sesiones con una compostura absoluta, en muchas de ellas consolando a su hija Valeria, además había compadecido ante los medios durante todo el procedimiento y en una de estas ocasiones decía “no ha mostrado ningún tipo de emociones”.
Una afirmación que ha secundado una psicóloga durante el juicio, “no hay sufrimiento emocional actual”, dijo sobre el acusado. Un sufrimiento que si hemos podido ver en la familia de Diana, tanto en su padre que el primer día a su llegaba afirmaba que su familia ya estaba condenada “a pena perpetua”, como en su hermana Valeria, que tenía que abandonar las sesiones en algunas ocasiones por la dureza de los testimonios, al igual que le pasaba a su madre, Diana.