Un forense de la acusación defiende que el cuerpo de Diana Quer tenía daños compatibles con una agresión sexual
Niegan la muerte accidental: “Hay que ejercer una compresión cervical muy fuerte" en el hioides
"Lo más razonable es el estrangulamiento con una brida"
El avanzado estado de descomposición complicó el análisis forense
A Diana Quer le rompieron un hueso del cuello, hioides, que no se rompe de forma accidental en una persona joven. Hoy han declarado los médicos forenses que han explicado que para romper este hueso hay que “hacer una compresión cervical muy fuerte en esa zona y con una forma muy concreta”. Los especialistas consideran que "lo más razonable" es que a Diana "la estrangularan con una brida". Y, aunque han admitido que no había ADN de hombre han señalado que pudo desaparecer por el agua. Después otro forense, Jose Blanco Pampín, ha señalado que sí había “un daño importante de los labios mayores” propios de una agresión sexual violenta.
Por primera vez, un testigo señala que Diana Quer sufrió agresión sexual. Ha sido José Blanco Pampín, jefe de Patología Forense del Imelga, quien ha asegurado en el juicio contra José Enrique Abuín, El Chicle, que no se pudieron examinar la zonas genitales pero si comprobaron en las fotografías que había “un daño importante de los labios mayores” propios de una agresión sexual violenta.
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No había ADN de hombre ni en el cuerpo, ni en la braga
El forense que estuvo en el levantamiento del cadáver, Alberto Fernández, había dicho anteriormente, en la sesión de hoy, que no se halló ADN de hombre en el cuerpo de la joven. En una braga es más fácil hallar ADN que en un cuerpo sumergido 500 días en el agua, según los forenses. No obstante, había mucho material genético de ella en su braga y fue detectado por los técnicos de la Guardia Civil porque se impregna en lo más profundo de los hilos de la prenda, han seguido explicando.
"Si hubiésemos encontrado lesiones genitales, podríamos haber dicho que ha pasado", ha dicho Fernández en referencia a la agresión sexual, "pero al no encontrar nada, no podemos descartarlo".
Pampín ha ratificado que la “fractura del hioides tiene una evidencia muy alta de una asfixia mediante la brida”. Igualmente han explicado que hace falta presionar durante bastante tiempo para causar la muerte de esta forma.
Para Fernández "lo más razonable con mucho es el estrangulamiento con una brida". Para el antropólogo forense, Fernando Serrulla, la rotura del hioides se produjo "en vida".
El hueso hioides se rompe solo con mucha fuerza
Serrulla, que analizó el esqueleto que quedaba de Diana Quer, ha explicado que tenía el hueso hioides roto. Este hueso, ha explicado el médico, en una persona tan joven se podrían romper en un accidente de tráfico con un impacto directo en esa zona.
“Es muy complejo romper un hueso hioides de forma accidental. Hay que hacer una compresión cervical muy fuerte en esa zona y con una forma muy concreta”, ha dicho el antropólogo forense.
“Hay que ejercer una presión muy fuerte de delante atrás, en el caso de una persona joven, que lo tiene muy flexible. En una persona de 50 ó 60 es más posible que se rompa”, ha insistido.
A las preguntas de la defensa, Serulla ha explicado que la ruptura del hioides no implica la muerte. Sin embargo, si han insistido en señalar que para que una persona muera de esta forma hay que "presionar al menos cinco minutos desde que se pierde la consciencia".
La brida, el arma del crimen
Para el forense Alberto Fernández, presente en la recuperación del cadáver, "lo más razonable con mucho es el estrangulamiento con una brida". Para el antropólogo la rotura del hioides se produjo "en vida".
El forense ha explicado que el cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición y que en esos casos se pierde mucha información porque falta parte del cuerpo. Pampín ha confirmado también que, tras analizar las fotografías tomadas por la Guardia Civil y los forenses del caso, se evidenciaba esa descomposición que hace casi imposible detectar daños que no sean causados por arma blanca.
La cabeza de Diana se separó del cuerpo. El buzo que se sumergió para recuperar el cuerpo dijo que estaba unido. Los forenses explican que la cabeza podía estar unida al cuerpo o no pero que, en cualquier caso, debido al estado de putrefacción, cualquier mínimo movimiento o roce pudo hacer que se separara.
El forense ha negado que hubiera restos de cuero cabelludo flotando en el agua: "Había restos de piel".
Los médicos también han explicado que las zonas lesionadas se descomponen más. Que las manos de Diana Quer estuvieran desprendidas no permite establecer que estuvieran dañadas -han dicho- aunque si han señalado que es posible que estuvieran atadas con las cintas adhesivas halladas en el fondo del pozo.