Araceli es una pionera, es la primera mujer conductora de ambulancia de España. Una vocación casual que cambió la vida de su familia. Trabajaba como ama de casa y limpiadora, cuando se convirtió en ambulanciera" porque su marido, taxista, no paraba de hacer traslados de enfermos y accidentados.
Hace más de cuarenta años una ambulancia por los pueblos de Asturias sorprendía tanto como ver quién la conducía. A Araceli no le tembló el pulso para coger el volante y conducir ambulancias. "Si lo pueden hacer otros por qué no voy a poder yo", comenta la mujer. Cuando su marido, taxista y encargado de trasladar a los heridos, decidió comprar una ambulancia y le dijo que "ella misma iba a ser la que iba a conducir la ambulancia". Así fue como esta limpiadora y ama de casa recibió su primer servicio.
"Días libres nada, ni vacaciones, ni nada...", comenta Araceli. Ella misma comenta alguna de las anécdotas que le ha tocado vivir durante sus años de servicio: "Había tenido un guardia civil un accidente de tráfico. Me tocó el timbre el prácticamente y me dijo: '¿Esta tu marido?' y yo le dije que no".
Araceli es ambulanciera y madre de tres hijos. Sin saberlo, Araceli estaba abriendo una puerta a la igualdad. "La ambulancia para mí fue mi vida, fui feliz", asegura la mujer.
La trabajadora también ha querido insistir y romper tópicos: "A mí que no me digan que las mujeres no conducen bien porque no, porque es mentira". A ellas, no hay quién las frene.