Este jueves han guardado un minuto de silencio frente a la subdelegación del Gobierno en Burgos capital por el asesinato de Andrea Bejerano, a manos de su marido. El hombre confesó este miércoles su autoría y guio a los investigadores hasta el lugar en el que ocultó el cadáver. Ahora, la Policía investiga todos los detalles que puedan indicar "una premeditación y una alevosía" en el crimen, ha explicado el comisario de la Policía Nacional en Burgos, Jesús Nogales.
Y es que esa premeditación podría agravar la condena del detenido, que pasará a disposición judicial este viernes acusado de homicidio por violencia de género. El cuerpo de la víctima estaba envuelto, dentro de un agujero tapado con matorrales y piedras, a los pies de una encina en el término municipal de Salinilla de Bureba.
"Hay que recabar todos los elementos y determinar si fue un homicidio planeado", ha señalado el agente. El crimen se produjo en su domicilio y creen que estranguló a la mujer, que había salido de trabajar del Hospital Universitario.
Ahora tienen también que investigar si el hijo de la pareja, de siete años, estaba presente en el momento de los hechos. "Ahora mismo se encuentra con la familia paterna, que no hay constancia de denuncias por violencia aunque la familia dice que el detenido era bastante agresivo verbalmente" con la fallecida, ha dicho el comisario .
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