Un macabro hallazgo sobrecogió este miércoles a los trabajadores del Centro de Transportes de Tremañes, en Gijón, después de que se topasen en el recinto con una alfombrilla que escondía algo que jamás habrían imaginado y que propició que inmediatamente llamasen a las autoridades.
Concretamente, los hechos tuvieron lugar en torno a las 9:00 horas y lo que encontraron bajo esa tela, según ha informado El Comercio, fue un cerdo decapitado, la cabeza de una tórtola, un paquete de calcetines de mujer, un atado con tela brillante, algodón y polvos amarillos.
Tras hallar los restos animales, contactaron con las autoridades y en el lugar se personaron agentes de la Policía Local y la Guardia Civil. In situ, comprobaron que el cerdo decapitado parecía ser un lechón, de pocos días de vida, con la cabeza separada del cuerpo, que habría sido desangrado.
Además, según refiere el citado medio, había un paquete envuelto en papel marrón en cuyo interior encontraron los polvos amarillos, tela brillante atada, el algodón y la cabeza de la tórtola, que también había sido diseccionada.
Por todo ello, mientras analizan los polvos amarillos, una de las hipótesis que se contemplan es que todo pueda estar relacionado con algún tipo de ritual. De hecho, las tórtolas son el símbolo del amor eterno, lo que incentiva esta suposición.
Ahora, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación, que busca esclarecer lo ocurrido e identificar a las personas que dejaron los restos en el lugar ante la posibilidad de que se haya cometido un delito de maltrato animal.
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