Xavi, una víctima de las torturas en las terapias de conversión en pleno siglo XXI: "Se me trataba como un adicto y se me ponía mediación"

Xavier Martínez Cal, un joven víctima de las terapias de conversión
  • Xavi es un joven que fue víctima de las torturas en las terapias de conversión en pleno siglo XXI: "Se me trataba como un adicto y se me ponía mediación"

  • En España sólo son sancionables administrativamente aunque en ocho años no se ha llegado a poner ninguna multa

  • Sumar, Podemos, ERC, BNG y Junts piden en el Congreso castigar con hasta 4 años de cárcel las terapias de conversión

Las terapias de conversión son pseudotratamientos aberrantes y muy peligrosos que buscan anular el deseo sexual hacia personas del mismo sexo. Eso que antes llamaban "curar la homosexualidad" y que siguen practicando algunas diócesis.

Desde 2016 son ilegales pero sólo se castigan con multas. Esta semana el Congreso ha registrado una proposición de ley de la asociación 'No Es Terapia' para que sean delito. Los testimonios de las víctimas son sobrecogedores. Como el de Jordi Griset y el de Xavi Martínez Cal.

Las secuelas que dejan estas torturas

"A mis 20 años mis padres se enteraron de mi condición sexual y me obligaron a seguir un tratamiento de aversión con terapia de electroshock", explica él mismo a las cámaras de 'Informativos Telecinco'.

Con 20 años y en pleno franquismo, Jordi Griset fue víctima de terapias de conversión salvajes con electroshock. El objetivo era que dejaran de gustarle los hombres. "Eran electrodos. Se apaga la luz y proyectan una diapositiva de una mujer desnuda, ahí no pasa nada. Proyectan un hombre en bañador y... una descarga eléctrica. Duraban como unos 30 segundos. Además, la intensidad de las descargas iba aumentando", explica Jordi.

Tras sufrir nada más y nada menos que 70 sesiones, Jordi se dio cuenta de que "por mucha electricidad que me metieran yo no iba a cambiar".

En la actualidad ya no hay descargas, pero Jordi avisa que existen terapias igual de peligrosas. "Es una lavada de cerebro con exorcismos incluso. Todavía, ahora en pleno siglo XXI", lamenta.

Una de estas terapias fue la que machacó a Xavi Martínez Cal con solo 18 años en su diócesis de Valencia: "No tenía ningún tipo de libertad, se me trataba como un adicto y se me ponía mediación".

Una tortura psicológica con la que se intentaba indagar en su vida para justificar el porqué era homosexual.

Ahora la asociación 'No Es Terapia' ha presentado una proposición de ley en el Congreso para que estas terapias sean delito con penas de uno a cuatro años de cárcel. En España sólo son sancionables administrativamente aunque en ocho años no se ha llegado a poner ninguna multa. Eso sí, las terapias de conversión siguen dejando víctimas en su camino.

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