Paula Iglesias, nueva presidenta de la FELGTBI+: "La inclusión se puede trabajar en cualquier asignatura"

Paula Iglesias ha sido nombrada presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), que fue creada en el año 1992 y aglutina a 55 entidades encargadas de luchar por los derechos del colectivo en todo el territorio nacional. Es la persona más joven que ha ocupado este cargo, tiene 34 años y se licenció en Medicina y Psicología. Desde que cumplió la mayoría de edad siempre ha estado implicada en la erradicación de la discriminación legal y la marginación social, es lesbiana.

Pregunta: ¿Accede al puesto acompañada por un equipo diverso? 

Respuesta: Sí, es interseccional. Hemos intentado que no solo represente al máximo posible al colectivo, sino también que refleje todas sus realidades. Por ello, hay mujeres, ciudadanos con discapacidad, habitantes del medio rural, gente que reside en grandes urbes, personas migrantes, asexuales, bisexuales, transexuales y no binarias. Esta diversidad nos enriquece y nos aporta al equipo una perspectiva más amplia. 

P: ¿Cuál es el reto más urgente que tienen por delante?  

R: Los discursos de odio que están en auge, se expanden por las aulas y las consecuencias ya las estamos viendo ahora que se celebra el juicio por el asesinato de Samuel Luiz. El altavoz que tiene la LGTBIfobia a través de personas que han accedido a las instituciones es preocupante. Este mensaje en redes sociales también resulta alarmante. Necesitamos atajar el problema. Aumentan los delitos de odio entre la generación Z, sobre todo son cometidos por hombres. Se trata de una población muy joven, en crecimiento y que todavía está constituyendo su identidad. 

"El altavoz que tiene la LGTBIfobia a través de personas que han accedido a las instituciones es preocupante"

P: ¿Repercute esta situación en el acoso escolar? 

R: Por supuesto. Además, ahora las víctimas no se libran del abuso cuando llegan a sus casas, que deberían ser un refugio. El acoso continúa a través de las redes sociales y los dispositivos móviles. 

P: ¿Cree que es importante trabajar con los docentes y el alumnado para paliar esta situación?  

R: Sí, la educación es esencial, es el ingrediente principal para acabar con el odio. Los más pequeños pueden recibir formación desde los primeros años. En ciertos sectores hay un temor porque se les hable de diversidad, pero no es un llamamiento formal para que se sumen al colectivo, sino para que quienes ya forman parte accedan a un entorno más amable y para que los demás aprendan a respetar las diferencias. Es importante trabajar la diversidad sexual de género y familiar en las escuelas como algo que forma parte de los valores de la sociedad. Abogamos porque esta medida sea transversal en todas las etapas de la educación. 

P: ¿Cómo se abordan estos aspectos en los centros educativos? 

R: Se pueden trabajar en cualquier asignatura y de forma muy sencilla, por ejemplo, en un problema de matemáticas. El enunciado puede explicar que Pepito tiene dos mamás y que una le da tres manzanas y la otra cinco peras. Es una forma de naturalizar la diversidad familiar. Por otro lado, hay que dar herramientas al profesorado para atajar situaciones de acoso por LGTBIfobia en las aulas, muchas veces no saben gestionarlas. Necesitan saber con qué recursos cuentan. Además, los docentes que forman parte del colectivo pueden empoderarse y convertirse en un referente para el alumnado. 

P: ¿Hay medidas educativas con las que no está de acuerdo? 

R: Todas las normativas que vayan en contra de la igualdad nos parecen un retroceso y una forma artificial de educación porque al final los menores cuando salgan del centro escolar se van a encontrar una sociedad diversa. Intentar hacerles creer que la población es cisheteronormativa es venderles un mundo irreal. Cuando salgan a la calle se van a encontrar con diversidad de todo tipo, no solo con personas del colectivo, también con diferentes cuerpos, razas y capacidades. Lo que hay que transmitir es que eso nos enriquece como sociedad. 

P: ¿Han quedado tareas pendientes de la anterior legislatura por las que va a seguir luchando?  

R: Sí, se ha hecho mucho trabajo a lo largo de estos años, pero, por desgracia, siempre quedan deberes pendientes, uno de ellos en el ámbito sanitario para que las personas del colectivo reciban una atención médica adecuada. Cuando yo estudié Medicina no me plantearon en clase que podía entrar una persona transexual a la consulta. En especialidades como Urología es un tema delicado y hay que tener una perspectiva amplia. Hemos visto como muchas mujeres que mantienen relaciones íntimas homosexuales tienen dificultades en las consultas ginecológicas porque se presupone que son cishetero y que tienen sexo con hombres. Tienen que ir rompiendo barreras en un entorno que no las tiene muy en cuenta. Por ello, algunas no vuelven a la consulta. En ocasiones, se les da a entender que sus prácticas sexuales no entrañan riesgos, algo que pone en peligro su salud. Falta formación profesional.

"Hemos visto como muchas mujeres que mantienen relaciones íntimas homosexuales tienen dificultades en las consultas ginecológicas porque se presupone que son cishetero"

P: ¿La ley trans tiene lagunas? 

R: Hay que proteger a las personas intersexuales de prácticas sanitarias que no son muy éticas. En la normativa se prohíbe la modificación genital en personas menores de doce años, siempre que los consejos médicos no exijan lo contrario. El colectivo nos traslada que este criterio, a veces, decanta la balanza hacia el lado de los progenitores que tienen desconocimiento sobre lo que le ocurre al menor. Entonces, pueden realizarse cirugías y aplicarse tratamientos hormonales que no son estrictamente necesarios. En este sentido sí que creemos que se necesitan leyes más claras para huir de cuestiones estéticas que encajan en estereotipos binarios, siempre que sea posible. 

P: ¿Es necesario ampliar las casillas del DNI?  

R: No sé si esta es la fórmula, podría ser porque actualmente se encasilla la identidad en dos opciones binarias con las que algunas personas no se sienten identificadas. Es una cuestión de voluntad política. Ya hay un caso de una persona que contaba con este reconocimiento en su país de origen y ha conseguido mantenerlo en España. 

P: ¿El feminismo y la lucha LGTBI van de la mano? En el Día de la Mujer hubo dos manifestaciones que marcharon divididas y no fue la primera vez que ocurrió

R: El colectivo y el feminismo siempre han ido de la mano, yo creo que no se han soltado ni tienen intención de hacerlo. Es verdad que hay una parte del movimiento, minoritaria, pero que ha hecho mucho ruido, que no considera que algunas personas deban formar parte del feminismo. Desde nuestro punto de vista este no deja a ninguna mujer atrás. Luchamos por los derechos de todas y nos oponemos a la transfobia.

P: ¿Se posiciona su entidad en contra o a favor de los vientres de alquiler?  

R: No se posiciona, es un debate que está en el seno de la federación, pero que las entidades que la componen todavía no han encontrado una postura consensuada. 

P: ¿Le inquietan las pseudoterapias de conversión destinadas a las personas del colectivo? 

R: Sí, especialmente. Tienen unas consecuencias físicas y mentales. Es un horror que haya gente, bajo la categoría de profesional de la salud, utilizando este tipo de pseudoterapias para aprovechar una situación de vulnerabilidad. Probablemente, la persona que acude a estos recursos no está viviendo una situación amable en su casa o se encuentra en un ambiente muy hostil. La ley contempla sanciones administrativas para perseguir estas prácticas, pero estamos inmersas en una campaña para que sean consideradas eurocrímenes. Nos preocupa también el auge de la oleada ultraconservadora europea, alimentada por los discursos de odio. 

"La ley contempla sanciones administrativas para perseguir las pseudoterapias, pero estamos inmersas en una campaña para que sean consideradas eurocrímenes"

P: ¿En qué punto se encuentra el colectivo?  

R: El colectivo vive un momento agridulce. Atravesamos el momento histórico con más avances legislativos aprobados desde el matrimonio igualitario en el año 2005. En 2023 se aprobó la ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos del colectivo. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha comprometido al desarrollo de un protocolo de acompañamiento a las personas trans en el ámbito laboral y estamos impulsando el pacto de Estado contra los discursos de odio. Pero todos estos avances conviven con el aumento de la LGTBIfobia. Las redes sociales pueden ser un altavoz peligroso y su presencia en instituciones o en esferas con alta repercusión mediática y política también.

P: ¿Es su entidad un canal de ayuda para que las personas denuncien cualquier tipo de acoso? 

R: Sí, contamos con la línea Arcoiris, que la pueden encontrar en nuestras redes y en la página web, para ofrecer asesoramiento y acompañamiento si tienen cualquier inquietud o viven una situación en la que precisan ayuda y apoyo. Les derivaremos a los recursos oportunos, según el territorio en el que se encuentren. Somos muchas las personas que creemos que una sociedad más igualitaria y justa es posible, trabajamos para intentar dejar un mundo un poquito más amable.