En la actualidad existe una protección al consumidor que permite devolver un producto tras adquirirlo en la mayoría de casos. Por ejemplo, las compras por internet tienen un periodo de devolución de 14 días. Otros artículos comprados en tienda dependen más de las políticas de devolución de cada establecimiento, pero por lo general se admite si contamos con ciertas garantías.
Sin embargo, cuando se trata de productos de consumo y perecederos, como los que se compran en los supermercados, sí que hay espacio para que aparezcan más interrogantes entre los consumidores. Y es que la posibilidad de devolver estos productos depende de múltiples factores, incluyendo el estado del alimento, el canal de compra y las políticas internas de cada establecimiento.
En las compras realizadas directamente en tiendas físicas, la legislación española no obliga a los comercios a aceptar devoluciones de productos que no presenten defectos o no estén en mal estado. Por lo tanto, la aceptación de devoluciones de alimentos queda a discreción de cada supermercado, según sus políticas internas. Por ejemplo, Carrefour permite la devolución de productos adquiridos en sus establecimientos físicos, siempre que se presenten en su estado original y con el ticket de compra correspondiente.
Por eso queda en el lado de los consumidores la importante tarea de informarse sobre las políticas de devolución específicas de cada establecimiento antes de realizar una compra en ellos, ya que estas pueden ser muy distintas entre diferentes cadenas y comercios.
Para las compras efectuadas a distancia, como las realizadas a través de internet o por vía telefónica, los consumidores cuentan con el derecho de desistimiento. Este derecho les permite devolver cualquier producto adquirido en un plazo de 14 días naturales desde la recepción del mismo, sin necesidad de justificar la causa y sin incurrir en ningún coste adicional.
Sin embargo, es importante destacar que existen excepciones a este derecho, especialmente en el caso de productos perecederos o aquellos que puedan deteriorarse o caducar con rapidez. Por lo tanto, la devolución de alimentos comprados online dependerá de la naturaleza del producto y de las condiciones establecidas por el vendedor.
Independientemente del canal de compra, si un producto alimenticio presenta defectos, está en mal estado o no se corresponde con lo anunciado, el consumidor tiene derecho a su devolución, sustitución o reembolso. Este derecho está amparado por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que protege a los consumidores en casos de productos no conformes con el contrato de compra.
En definitiva, la posibilidad de devolver alimentos en los supermercados depende de las políticas internas de cada establecimiento y del canal de compra utilizado. Mientras que en las compras online existe un derecho de desistimiento con ciertas excepciones, en las compras físicas la devolución de productos sin defectos queda a discreción del supermercado. No obstante, cuando se trata de productos defectuosos o en mal estado, los derechos del consumidor están protegidos por la legislación vigente, garantizando la posibilidad de devolución o reembolso.