Condenan a 13 años de prisión a un hombre por violar a una menor en Navarra
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Las pruebas periciales confirmaron la violación a la menor de 13 años: heridas en las muñecas y restos de ADN
La menor, que estaba afectada en sus facultades por el consumo de alcohol, se besó con el hombre, pero cuando quiso parar el condenado la violó en el portal de una casa en Burlada
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Un hombre de 33 años ha sido condenado a 13 años de prisión por violar a una menor, en Burlada. La sentencia de la Audiencia de Navarra, ha dictado que el individuo, de nacionalidad marroquí, no podrá comunicarse, ni acercarse a la víctima a menos de 300 metros durante 15 años; además, tendrá que cumplir la medida de libertad vigilada, tras la pena privativa de libertad, con una duración máxima de 10 años.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado indemnizará a la víctima con 20.000 euros por el daño moral originado y con 225 euro más por las lesiones, según la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.
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La violación tuvo lugar la noche del 16 al 17 de agosto de 2023, cuando la menor de 13 años, acompañada de una amiga de 17 acudió a Burlada para disfrutar de las fiestas de la localidad. A lo largo de la noche bebió "una cantidad importante de bebidas alcohólicas", según recoge la sentencia.
Sobre las 1.30 horas, las dos chicas abandonaron el recinto ferial y se dirigieron a la parada del autobús urbano para regresar a sus domicilios. En ese momento, las dos jóvenes se encontraron con el acusado y con otros dos hombres, que le acompañaban, todos mayores de edad.
Según consta en la sentencia, la menor se besó con el condenado, quien la agarró de un brazo y la introdujo en un portal aprovechando que una vecina del inmueble había abierto la puerta. Subieron por las escaleras hasta un primer rellano. Una vez en el interior, la menor le envió un whatsApp a su amiga en el que le decía que le diera 10 minutos. No obstante, la menor comenzó a "agobiarse" y le dijo al hombre que quería irse, pero este la agarró de las muñecas para impedírselo.
Después comenzó a tocarle "los pechos" y la menor pidió ayuda, pero nadie la escuchó. El condenado le tapó la boca y la violó hasta que oyó un ruido en el portal, que lo obligó a abandonar el lugar.
Según consta en la sentencia, en el momento de la comisión de los hechos la menor se hallaba afectada en sus facultades por el consumo previo de alcohol. Arrojó un resultado de 1,36 gramos de alcohol por litro de sangre en la analítica que se realizó tras la denuncia.
El acusado se encuentra en situación de prisión provisional comunicada y sin fianza por esta causa desde el 26 de agosto de aquel año. La Audiencia descarta que el hombre tuviera afectadas sus facultades por el consumo de alcohol. Los jueces tampoco consideran acreditado que el agresor sexual tenga alguna patología o enfermedad que afectara a sus capacidades intelectuales o volitivas, ni que actuara en la creencia de que la víctima tenía más de 16 años.
La fiscalía solicitó una pena de 13 años de prisión por un delito de agresión sexual con violencia a menor de 16 años. La acusación particular, por su parte, elevó la petición a 14 años, mientras que la defensa reclamó la absolución.
En su descargo, el acusado rechazó las relaciones sexuales completas y culpó a la joven de ser quien en la calle lo besó, le agarró del brazo y le obligó a entrar en el portal. Negó haberla violado, ni de que hubiera actuado de forma violenta.
Las pruebas periciales confirmaron la violación a la menor de 13 años: heridas en las muñecas y restos de ADN
Sin embargo, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial considera en la sentencia que "tanto los informes de ginecología de urgencias como los informes forenses revelan una serie de heridas en muñecas, compatibles con mecanismo de agarre y un desgarro en el himen, compatible con la penetración que, unido al testimonio de la denunciante y a los resultados de las pruebas de ADN, dan apoyo y total credibilidad a la tesis acusatoria".
Los magistrados resaltan, además, que la menor, en el acto de la prueba preconstituida, "declaró con timidez y vergüenza, pero con contundencia, seguridad, firmeza y persistencia sobre lo sucedido, dejando claro que siempre se opuso a la relación sexual, que se lo hizo saber, que pidió ayuda y socorro y que parara, pero el acusado no le hizo caso".
La declaración de la víctima, añaden los jueces, fue corroborada mediante pruebas objetivas periféricas, como la pericial médica forense -se objetivaron lesiones compatibles con el mecanismo de agarre de las muñecas- y la pericial de ADN -se recogieron muestras coincidentes en zonas como la parte exterior del muslo o saliva en el cuello de la menor-.
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