Dos años han pasado desde que Dani Alves fue detenido por agredir sexualmente a una joven de 23 años en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona. Un caso en el que el exfutbolista brasileño dio varios cambios en su versión de lo ocurrido y acabó condenado en febrero de 2024 a cuatro años y seis meses de cárcel y una indemnización de 150.000 euros tras 13 meses entre rejas. Sin embargo, un mes más tarde salió en libertad provisional al abonar una fianza de un millón de euros.

La agresión sexual ocurrió en la madrugada del 31 de diciembre de 2022 en una discoteca de la capital catalana y una joven apuntó al exjugador azulgrana como autor de la violación. Al día siguiente, Dani Alves abandonó España para jugar con su equipo en México mientras la víctima presentó una denuncia ante la Policía.

Así empezó una investigación tras las primeras pruebas, que llevó a la detención del futbolista el 20 de enero de 2023, aunque para ello necesitaron que Alves regresase a España y le comunicaron que lo acusaban "solo" de tocamientos inadecuados. Él lo negó y aseguró que no conocía a la víctima.

De este modo, regresó junto a su mujer, que acababa de perder a su madre. Tas la primera versión del futbolista, llegaron otras en las que reconocía a la joven y en las que, también, confirmó que mantuvieron relaciones sexuales consentidas esa noche.

Estas contradicciones y el riesgo de fuga llevaron a la jueza a decretar su ingreso en prisión provisional y sin fianza. Así, Dani Alves cumplió un año en la cárcel con una nueva estrategia de su defensa y hasta cinco versiones diferentes de los hechos. Sin embargo, en febrero de 2024 se celebró el juicio que acabó marcando su nueva hoja de ruta, que le alejaría de la cárcel pese a su condena de cuatro años y medio.

La Audiencia de Barcelona consideró probado que “el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente, pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir”. Y entendió que “con ello se cumple el tipo de ausencia de consentimiento, con uso de la violencia, y con acceso carnal”.

Los magistrados consideraron que, en el núcleo esencial de su declaración, la víctima fue “coherente y especialmente persistente, no solo a lo largo de la instrucción de la causa, sino también en el plenario sin que se evidenciase en el interrogatorio la concurrencia de contradicción relevante en relación a lo previamente declarado por ella en instrucción”.

Un mes más tarde de la decisión del tribunal, Dani Alves consiguió reunir un millón de euros para salir de la cárcel, en libertad provisional, para seguir cumpliendo su condena desde su casa de Barcelona, con la obligación de presentarse cada viernes ante la secretaría de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona.

En el auto también se acordó la prohibición del condenado de salir del territorio nacional, la retirada del pasaporte español y brasileño y una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima, condición que sigue cumpliendo en la actualidad tras cumplirse dos años de la detención por agresión sexual.

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