Lorenzo, un vecino de Valladolid, nunca pensó que de una mala racha sacaría la colección más apasionante de su vida. Lo que comenzó como una manera de olvidar los problemas ha terminado por superar las 100.000 piezas de Lego. 

"Empezó cuando caí de baja por ansiedad y depresión en el trabajo y por algún problema de enfermedad familiar y los médicos me aconsejaron hacer algún tipo de deporte, algún hobby y a mi hijo que le gustaba montar 'Legos' de pequeño… empecé así, con él", asegura. 

Han tenido que buscar una habitación exclusiva en casa. Su pareja afirma que “es un poco locura”. “La verdad que yo muchas veces le digo: oye, Loren, para ya, que se nos está yendo esto un poquito de las manos, porque es que tenemos la habitación que del suelo al techo es todo Legos”, dice. 

Ahora, Lorenzo y su hijo han sacado por primera vez su exposición al público y de momento está siendo todo un éxito. 

“Me parece que la exposición es impresionante. Está muy bien montada y luego, la cantidad de detalles que tiene”, comenta un visitante. 

Muestran mundos de fantasía que ayudan a evadirse y traen buenos recuerdos y algunos nos hacen sentir reflejados. “Me recuerda a cuando era pequeño, tanta piececita”, comenta otro hombre. 

La de Lorenzo es una historia inspiradora y una manera de convertir las peores pesadillas en auténticos sueños.

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