No existe, por el momento, suficiente evidencia para respaldar un reemplazo completo y masivo de los azúcares por edulcorantes, aunque su consumo moderado es considerado seguro. Así lo explica Rocío Martín O'Connor, dietista-nutricionista del Hospital Universitario San Rafael de Madrid, en una entrevista con Europa Press Infosalus destaca que los edulcorantes pueden ser una opción viable para ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes.

"Ajustar gradualmente tus preferencias a sabores menos dulces puede ser una estrategia útil para ayudar a reducir la ingesta de azúcar y de edulcorantes en la alimentación. Los edulcorantes bajos en calorías pueden ser una herramienta de apoyo alternativa en este proceso", asegura la experta.

En este contexto, destaca que ni el azúcar ni los edulcorantes tienen efectos positivos para la salud. Por ello, es aconsejable reducir el consumo de ambos: "Esto no significa erradicarlos ni restringirlos al 100%, simplemente ser conscientes y responsables a la hora de consumirlos".

Tal y como ha destacado, desde mediados del siglo XX, el impacto del azúcar en la salud ya era un tema frecuente en los estudios, especialmente en el impacto de enfermedades como la obesidad o diabetes.

"Por ello, surgen como alternativa a los azúcares libres, los edulcorantes. Se trata de sustancias químicas y extractos naturales que pueden o no estar modificados químicamente y que, por lo general, son mucho más dulces que los azúcares, lo que permite agregarlos a alimentos, a las bebidas, y a otros productos en cantidades muy pequeñas", explica.

En cuanto a la diferencia de los edulcorantes naturales y artificiales, la experta en nutrición ha explicado su distinción: "Aunque los edulcorantes naturales pueden parecer más saludables, también contienen calorías y pueden afectar a la salud si se consumen en exceso. La clave es el consumo moderado".

O'Connor destaca que hay una gran cantidad de evidencias científicas que remarca las consecuencias negativas de la ingesta de azúcar libre, especialmente de fructosa y de jarabe de maíz, sobre las enfermedades crónicas como el síndrome metabólico, las enfermedades cardíacas, o incluso deterioros cognitivos, depresión y ciertos tipos de cáncer. A esto, la experta añade que "la gran mayoría de estos estudios habla del consumo excesivo o prolongado del mismo, y en poblaciones más específicas".

Por otro lado, debido a su poder endulzante sin añadir calorías, los edulcorantes suelen comercializarse como una herramienta para la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso saludable. Martín O'Connor advierte que, por esta razón, la población tiende a asociarlos erróneamente con beneficios en comparación con el azúcar tradicional.

Por tanto, al nacer la opción de los edulcorantes, ya han salido diversos estudios que afirman sus efectos negativos en la salud, especialmente en la microbiota. A esto, la nutricionista aclara que de momento no existe una conclusión evidente: "Todavía no hay un consenso claro sobre la relación entre los edulcorantes y el paso a largo plazo, o si están relacionados con otros efectos a largo plazo sobre la salud dentro de la ingesta diaria admisible".

Aún así, afirma que también han surgido efectos positivos en el consumo de edulcorantes, como la reducción de caries dentarias, y un menor impacto en el aumento de la glucosa en personas con diabetes mellitus.

Los edulcorantes se pueden clasificar según su procedencia en naturales o artificiales. Según precisa, los naturales se extraen de fuentes vegetales, mientras que los artificiales se fabrican mediante procesos industriales. Aún así, la experta ha incidido en que la clave de la alimentación reside en el equilibrio y en el control.

"El verdadero problema es que estamos acostumbrados a sabores muy dulces, ya sea por azúcar o edulcorantes", asegura O'Connor. Con ello, puede llegar a afectar "de manera diferencial al apetito, a la activación de la recompensa cerebral, a la microbiota intestinal, al metabolismo y al peso corporal".

A lo que se refiere la experta con esto es que los sabores naturales llegan a quedarse en un segundo plano y se tiende "a elegir alimentos ultraprocesados, desplazando el consumo de alimentos más nutritivos como las verduras, frutas, legumbres, frutos secos, huevos, pescados, carnes o cereales". Con todo ello, ha querido recalcar la importancia de la alimentación en nuestras vidas y la necesidad de tener a disposición un nutricionista que te ayude a guiarla por el buen camino.

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