El juicio con jurado por la muerte de un turista alemán, tras ser supuestamente arrojado a la autopista de Llucmajor (Mallorca) desde una furgoneta en marcha en octubre de 2022, ha encarado su recta final con la lectura de los informes de las partes.
"No es balconing, lo tiraron", ha concluido ante la sala la letrada de la familia de la víctima, que ha llamado la atención del jurado sobre las, a su parecer, "mentiras" vertidas por los acusados en sus declaraciones.
"Es tentador pensar que un turista alemán borracho se ha puesto él mismo en peligro, pero no estamos ante un caso de balconing. Tim no decidió saltar, le tiraron, y los acusados sabían que la muerte era el único resultado posible", ha afirmado.
La letrada se ha detenido en la "valentía" del testigo clave que, sin nada que ganar, declaró que había visto cómo el turista era arrojado de la furgoneta en marcha. Este testimonio ha centrado gran parte de los informes de todas las partes.
La abogada de la familia considera que tras la declaración de este testigo así como de la práctica del resto de las pruebas ha quedado constatado que es "imposible" que, como se apuntó, uno de los acusados viajara de copiloto, que sí que hubo contacto físico entre este acusado y la víctima y que no recogieron a la víctima para acompañarle al hotel. "No se vio ningún taxi en las imágenes", ha indicado en referencia al argumento de que cogieron a la víctima porque un taxi lo rechazó.
La acusación, igual que Fiscalía, mantiene la petición de 25 años de cárcel para cada uno de los acusados por asesinato. Sobre la calificación del delito, la representante del Ministerio Público, ha explicado que se dan las circunstancias de alevosía e indefensión de la víctima para mantenerla. Para la fiscal, además, la versión de los acusados es "imposible" y ha sido completamente rebatida por testigos y peritos. "Los responsables son los acusados. Sabían que su acción era mortal y asumieron los hechos y el resultado", ha concluido reclamando al jurado una sentencia condenatoria.
Ambas partes acusadoras han centrado gran parte de sus conclusiones en la declaración del testigo clave que, supuestamente, habría visto cómo la víctima era arrojada de la furgoneta en marcha. La abogada de la familia ha rechazado que las defensas pretendan una absolución "sin que hayan probado lo más mínimo la versión alternativa y una mínima actividad probatoria para demostrar los hechos de descargo".
Las defensas de los acusados, por su parte, han reclamado un veredicto de no culpabilidad y una de las letradas ha apuntado a "fallos garrafales" en la investigación. "La investigación fue muy buena para encontrar la furgoneta, pero mala para aclarar los hechos", ha afirmado. La otra abogada ha hablado de una "nefasta" investigación. La abogada del primer acusado ha insistido en varias ocasiones en que se tendría que haber hecho una reconstrucción de los hechos. Sobre esto, la segunda ha asegurado que le produce "terror" pensar que, como un policía apuntó, se hable de que la reconstrucción era "absurda e innecesaria" cuando se está pidiendo una condena de 25 años por asesinato.
La letrada del acusado que conducía la furgoneta, en su lectura, ha recordado al jurado que es la acusación la que tiene que demostrar la culpabilidad de los acusados. "Han destrozado la declaración de los acusados antes que demostrar el ilícito penal", ha añadido. Sobre su cliente, ha rechazado que se le acuse de un hecho --empujar a la víctima-- que es imposible que se produjera porque iba conduciendo. Esta defensa también ha recordado al jurado que los hechos de la acusación, para una condena, tienen que quedar acreditados "sin ningún genero de dudas". Sobre esto, la otra letrada ha apelado al principio de 'in dubio pro reo' -en caso de duda, en favor del reo- llamando la atención sobre el hecho que durante la vista las pruebas no son en ningún caso concluyentes.
Ambas letradas han coincidido en calificar como "inverosímil" la declaración del que se ha considerado como testigo clave y que a su juicio ha introducido rectificaciones y contradicciones hasta llegar a decir en su testifical que "no podía asegurar que lo tiraran". La primera letrada ha llegado a "suplicar" al jurado que repasen las declaraciones del testigo para comprobar que sus afirmaciones no se hicieron con la rotundidad apuntada por las acusaciones.
También se ha llamado la atención sobre las diferencias entre las declaraciones de este testigo y su acompañante, que conducía el vehículo. Para una de las defensas, "dos personas que van en un mismo coche no pueden ver cosas distintas". Además, se ha criticado que a pesar de reconocer que estos testigos habían cenado previamente en un restaurante de las inmediaciones, no se comprobara, por ejemplo, si habían consumido alcohol.
Las dos defensas también han coincidido a la hora de rechazar que corresponda a ellas probar la inocencia de sus patrocinados como a su parecer han tratado de hacer la Fiscalía y la acusación particular. Las abogadas de los acusados han insistido en que se ha demostrado que el joven turista alemán se subió voluntariamente a la furgoneta de los acusados y que en un momento dado, por un acto impulsivo motivado por la ingesta de alcohol, se lanzó a la carretera de manera voluntaria y tras caer, se levantó. Así lo prueban, han señalado, los objetos personales hallados por la Guardia Civil en el arcén y las primeras impresiones plasmadas en un croquis del lugar.
Respecto a la participación del segundo acusado, que según las acusaciones viajaría en el asiento trasero de la furgoneta y habría sido el que empujó a la víctima, su defensa ha mantenido, por contra, que iba de copiloto y que sí que es posible que, como manifestó, desde esa posición cerrara la puerta trasera y le pusiera el cinturón de seguridad a la víctima cuando intentó saltar por primera vez. Ha rechazado así la versión de la Policía Nacional, que aseguró que era materialmente imposible. "Estamos hablando de una Citroen Berlingo, no de un trailer", ha señalado.
"Piden para nuestros patrocinados una condena altísima. Si no están seguros, les imploro una sentencia absolutoria", ha concluido la segunda letrada de la defensa insistiendo en que una hipotética condena por asesinato no puede basarse en la declaración de un testigo "que no puede aseverar que lo tiraran y que venía por una carretera oscura de cenar en un restaurante".
Ambos acusados han empleado su derecho a la última palabra para trasladar sus condolencias a la familia de la víctima, presentes en la sala. Uno de ellos ha recordado que las acusaciones han pedido al jurado una condena para pedir, por su parte, "por favor, que se haga justicia". Los miembros del jurado recibirán el lunes o el martes, según ha indicado la presidenta del Tribunal, el objeto del veredicto para comenzar a deliberar.
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