Efectos del 'botellón' en los adolescentes: un mayor consumo de alcohol incrementa el daño cerebral

  • La ingesta masiva, como en el 'botellón', afecta a la memoria y el aprendizaje de los menores de edad

  • La investigación de varias universidades españolas se ha publicado en Neuropharmacology

  • Uno de cada tres menores españoles de 12-13 años reconoce haber consumido alcohol, según el último informe de Sanidad

Los datos publicados el pasado mes de agosto por el Ministerio de Sanidad dan muestra de un consumo de alcohol preocupante que no cesa e, incluso, registra un ligero repunte entre los menores de edad.

Según la 'Monografía sobre el Alcohol en 2024', uno de cada tres menores españoles de entre 12 y 13 años reconoce haber bebido alcohol en los últimos meses. Antes de cumplir los 18, un 28,2% admite haber tomado en una noche cinco o más copas, el llamado 'botellón'.

Afectaciones en memoria y aprendizaje

Una ingesta masiva que no sólo preocupa por el acceso cada vez más temprano. También, por un estudio de la Universidad CEU San Pablo de Madrid y la Universidad Miguel Hernández de Elche, publicado en Neuropharmacology, que demuestra que este consumo es más lesivo en los cerebros adolescentes que en los adultos, con afectaciones que pueden ser irreversibles en la memoria y el aprendizaje, tal y como nos certifica el catedrático de Farmacología del centro universitario madrileño, Gonzalo Herradón, que dirige este proyecto.

En esta investigación conjunta durante de más de cuatro años, con ratones de laboratorio, han comprobado que el consumo intermitente y en grandes cantidades de alcohol afecta mucho más las redes plerineuronales del hipocampo en los cerebros menores de edad, antes de su consolidación, que en el caso de los humanos se produce entre los 21 y 24 años.

Los neurotóxicos del alcohol atacan directamente al escudo de estas conexiones neuronales, con mayor gravedad cuanto mayor cantidad se ingiera y más joven y en formación esté el cerebro del joven afectado, incluso, con episodios de inflamación que podrían desembocar en demencias tempranas.

El riesgo cero está, por supuesto, en evitar el consumo de esta sustancia psicoactiva y tóxica. Aún así, estas universidades ya están consiguiendo dar pasos de gigante en la modulación de proteínas que, ingeridas antes del consumo de alcohol, pueden prevenir o atenuar estos daños cerebrales.

Con el objetivo, a medio y largo plazo, de poder desarrollar, también, un fármaco que pueda actuar y reducir el impacto cerebral del alcohol una vez se produce el consumo.

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