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Daniel Sancho ha sido condenado este jueves en Tailandia a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Tras pasar más de un año en prisión preventiva, el hijo del actor Rodolfo Sancho pasará al menos ocho años en una cárcel tailandesa.
Carlos Franganillo ha entrevista en Informativos Telecinco a Miguel Garaizábal, misionero jesuita en Tailandia, quien conoce de primera mano las prisiones del país asiático. Garaizábal lleva más de 50 años en Bangkok, donde visita a los presos de habla hispana. El actor Rodolfo Sancho contactó con él, desesperado por salvar la vida de su hijo.
"En las celdas suele haber unas 30 personas o más, en general muy abarrotadas porque la celda no se ha hecho para tantos. Tailandia tiene una población de reclusos el doble de los que tendría que tener", señala Garaizábal.
Al hacinamiento se suma la la escasa salubridad y la violencia. "En las cárceles la gente vive en grupos que se defienden a sí mismos. En muchas celdas la gente guarda siempre objetos punzantes para defenderse", explica.
El proceso de adaptación de un preso occidental en una de estas prisiones es complicado. "El proceso de negación a la adaptación dura unos seis meses. Una vez que te haces a la cárcel y tienes los amigos estás más tranquilo. Luego depende de qué amigos tengas y cuánta gente haya en la celda. En general siempre hay tensión", dice el jesuita.
El padre de Daniel Sancho, el actor Rodolfo Sancho, se puso en contacto con Garaizábal para conocer más la situación de los presos en el país y conocer su opinión. "Su hijo estaría en la cárcel ocho o diez años y luego saldría, independientemente de la condena porque aquí las cosas no funcionan con lo que está escrito en la condena", concluye el sacerdote.
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