Daniel Sancho ha sido condenado en Tailandia a cadena perpetua por el asesinato premeditado del cirujano colombinao Edwin Arrieta. Después de pasar más de un año en prisión preventiva, el chef español deberá cumplir condena en Tailandia, al menos ocho años.
Es el tiempo mínimo que deberá permanecer en una prisión tailandesa antes de solicitar su traslado. Sancho deberá terminar su internamiento en Koh Samui, donde ha permanecido desde el año pasado para ir previsiblemente a otra cárcel de peores condiciones. La que más suena es Bang Kwang, El Gran Tigre, una de las más peligrosas del país.
Y es que si algo destaca en las prisiones del país asiático es la peligrosidad de las mismas. La tasa de mortalidad en estas cárceles se sitúa en un 25% al superar los dos años.
Los reclusos mueren por desnutrición, enfermedades y violencia. Según 'Prison Insider', la plataforma de información sobre las prisiones del mundo, un total de 311.000 reclusos se reparten en 143 prisiones del país.
Esto se traduce en una tasa de ocupación del 339%, es decir, poco más de un metro cuadrado asignado a casa preso. Los presos suelen sobrevivir con un único cuenco de arroz al día, lo que ha llevado a niveles alarmantes de desnutrición entre la población carcelaria.
La combinación de hambre, violencia, enfermedades y falta de asistencia ha generado esa tasa de mortalidad del 25% cada dos años.
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