El asesinato de Mateo, un niño de 11 años apuñalado en Mocejón, mantiene de luto a la localidad toledana, donde siguen sucediéndose las muestras de recuerdo al menor y los gestos de apoyo y cariño hacia la familia. Tras el terrible crimen, perpetrado cuando el pequeño jugaba con sus amigos en un campo de fútbol, un joven de 20 años, –del que su padre ha dicho que tiene una discapacidad reconocida de entre el 60 y 75% por un trastorno mental–, ha sido detenido como autor confeso.
Ante los agentes de la Guardia Civil, tras el arresto, el acusado del asesinato aseguró que no se pudo controlar y fue “su otro yo” el que actuó quitando la vida al niño. Para ello, utilizó un arma del crimen que los efectivos de la Benemérita han estado buscando sin descanso y hoy mismo, de hecho, han encontrado dos cuchillos. Uno de ellos, –un cuchillo de cocina–, estaba cerca de la vivienda del padre del detenido, en el mismo Mocejón, y ahora lo están analizando con la posibilidad de que sea el que empleó. Un perro del servicio cinológico ha detectado en él restos biológicos humanos.
El otro cuchillo, de untar, descartan que haya sido utilizado y sería además de una vecina.
Paralelamente, la Guardia Civil también investiga las circunstancias en que se produjo el asesinato, un crimen inexplicable en el pueblo, donde desde el primer momento sospecharon que quien lo había cometido tenía que ser de la zona o, como mínimo, conocerla.
Pensaban así por una razón: el asesino de Mateo se coló en el polideportivo a través de un agujero que había a las afueras del mismo, adentrándose hasta llegar al campo de fútbol donde estaban los niños. Para hacerlo de ese modo, inciden, tenía que conocer que en ese punto, distanciado de la puerta de entrada, estaba ese agujero en la valla.
No se equivocaban. El joven vivía en Mocejón, –donde reside su progenitor–, hasta la separación de sus padres, aunque muy pocos le conocían, como recalcaban estos días varios vecinos ante nuestras cámaras: “Que sea de aquí mismo nos ha impactado a todos más”. “No le poníamos cara porque ese chico sí que tenía aquí familia, pero no salía mucho de su casa”, expresaban.
Otros, apenas recordándole, hacían referencia a comportamientos extraños: “A nivel motor, a nivel cognitivo, a nivel social, conductual… son particulares”, aseguraba una vecina en declaraciones a Informativos Telecinco.
Ahora, otro de los extremos que la Guardia Civil intenta confirmar es si, en efecto, el joven tiene un grado elevado de discapacidad intelectual, a la espera de que sea acreditada la documentación a la que se refería su padre. Para ello, el detenido tendrá que someterse a los exámenes pertinentes, algo clave porque puede ser decisivo a la hora de enjuiciarlo y determinar su condena.
Además, y en relación con esa investigación y esa cuestión crucial también para el caso, las autoridades también tratan de determinar si el asesino planeó y preparó el crimen.
Concretamente, según recoge El Español citando fuentes de la investigación, hay distintas acciones en el modo de actuar del detenido que muestran indicios que llevan a creer en ello. En primer lugar, que el detenido caminase desde un extremo del pueblo hasta el otro, a una hora temprana, llevando un arma blanca consigo. Todo para, con el rostro ya tapado, apuñalar a Mateo hasta la muerte, huyendo justo después hacia la casa de sus abuelos, mucho más cerca del lugar del crimen que la vivienda de su padre en Mocejón.
Esa huida, según precisa el citado medio, la realizó además adentrándose en un descampado, donde es más difícil ser visto. Además, en algún momento tras cometer el crimen, abandonó el arma utilizada para arrebatar la vida al menor.
No solo eso, de acuerdo a las fuentes de investigación citadas por El Español, el detenido puso su ropa a lavar al llegar a casa.
Por todo ello en la investigación hay quien cree en la posibilidad de que hubiese una planificación.
En ese análisis, además, hay otro factor al que se presta atención: en el lugar del crimen, en el polideportivo ‘Ángel Tardío’ de Mocejón, había un vecino y conocido del asesino confeso, que estaba jugando un partido de fútbol con un grupo de adolescentes, según testigos.
En el momento en que se produjeron los hechos, a primera hora del pasado domingo a alrededor de las 10:00 horas, el detenido, en lugar de ir hacia ellos, fue hacia el grupo de niños, con los que no tendría ninguna vinculación, y apuñaló a Mateo.
A este respecto, analizan la relación del asesino confeso con los adolescentes e investigan la información derivada de su teléfono móvil y su ordenador. ¿Acudió al polideportivo para atacar a otro joven o fue un ataque meramente aleatorio?
Tas los hechos, el detenido llegó a ir a misa con su padre y comió con la familia. Todo sin que sospechasen de que él era quien estaba detrás del crimen que ha sacudido a todo Mocejón.
Según el padre, su hijo no se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico, algo que muchos vecinos no entienden.
La Guardia Civil, entre tanto, analiza si existió esa planificación en el crimen. Según el artículo 20 del Código Penal, podría ser declarado inimputable si se certifica que padece “cualquier anomalía o alteración psíquica” que le impidiese “comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión”. Sin embargo, si se determina que tuvo capacidad de planificar y ejecutar el asesinato con consciencia de sus actos, aunque pudiera encontrar atenuantes por su condición mental, podría enfrentarse a una condena penal.
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