El tiempo pasa y la incertidumbre y la angustia se incrementan para los familiares y allegados de Jay Slater, el joven británico de 19 años desaparecido desde el pasado 17 de junio en Tenerife. Sin pistas concluyentes sobre su paradero o sobre qué ocurrió la última vez que fue visto con vida, el misterio alrededor del caso continúa disparando la preocupación.
Ya son 22 días sin saber de él, y la familia, que no descarta que en su desaparición estén implicadas terceras personas, implora que la búsqueda sobre el terreno se reanude con todos los efectivos necesarios, después de que el 30 de junio, en lo que fue un auténtico varapalo para ellos, la Guardia Civil detuviese el operativo de búsqueda para localizarlo, aunque manteniendo viva la investigación, con una causa abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Icod de los Vinos.
Ante esa decisión, la propia familia ha pasado a la acción, con el padre, el hermano o el tío de Jay Slater, entre otros, peinando el terreno en el que se cree que pudo desaparecer, así como rodeándose de detectives privados para intentar localizarlo.
También otras personas ajenas a ese entorno han querido incorporarse a esa búsqueda voluntaria. El suceso no ha dejado de difundirse a través de los medios británicos y las redes sociales y hay quien incluso se ha desplazado desde Reino Unido para intentar ayudar, como es el caso del tiktoker Callum Fahim, quien ha asegurado que se desplazó a la isla para intentar aportar en una causa que, finalmente, ha abandonado.
Concretamente, tras dos semanas en las que se dedicó a planear y explorar rutas por la zona de búsqueda que no habían sido peinadas antes, ha denunciado que se ha visto obligado a renunciar a su propósito y regresar a Reino Unido porque ya “no se sentía seguro” en la isla y no dejaba de recibir mensajes con múltiples “amenazas de muerte” a través de las redes sociales.
De hecho, en declaraciones a The Independent ha asegurado que la situación se había vuelto “horrible” tras una advertencia en las redes sociales en la que se podía leer: “Ten cuidado, la gente te va a encontrar en el aeropuerto. Ten mucho cuidado”.
No en vano, y en ese sentido, hubo quien, al parecer, y según confirma el citado medio, se grabó a sí mismo en el aeropuerto de Londres diciendo que esperaba la llegada de Fahim desde Tenerife.
Según estas fuentes, habrían llegado incluso a rastrear el vuelo de vuelta del tiktoker gracias a los vídeos que hacía en directo para saber cuándo regresaba.
"Las cosas no me cuadraban. No me sentía seguro allí, pero sentía que tenía el deber de estar allí. No quería fracasar hasta que lo encontráramos. Al escuchar la angustia de su madre, con la mano en el corazón, no les deseo más que éxito. Regresé a casa por razones de seguridad, pero no quería rendirme porque sentía su dolor", ha manifestado en declaraciones al medio británico, en el que cuenta que no es una mala persona, que tiene “corazón” y que el caso le importa.
Defendiéndose de las críticas que también está recibiendo, insiste en que recibió “mensajes horribles” de personas que amenazaban con matarle, diciéndole que le iban a encontrar y “romper la espalda”.
Frente a ello, asegura que ha informado a la Policía de estos hechos, pero apunta que “todo son cuentas falsas de Facebook”.
Entre tanto, la investigación apenas avanza, tratando de reconstruir unos movimientos que comenzaron el 16 de junio, cuando el joven de 19 años, oriundo de Lancashire, acudió con dos amigos al festival de tres días ‘New Rave Generation’ en Playa de las Américas, que terminaba justo ese domingo.
Fue aquella noche de fiesta cuando, en lugar de marcharse con sus amigos, se juntaría con dos hombres que, en un principio, se decía que eran desconocidos. Uno ellos respondía al alias de ‘Johnny Vegas’, quien según The Sun ha sido identificado como Ayub Qassim, un hombre de 31 años de edad que fue condenado a nueve años de prisión en 2015 por tráfico de drogas. Del otro individuo, sin embargo, no han trascendido mayores detalles, más allá de que tanto a él como a Qassim las autoridades les dejaron regresar a Reino Unido tras tomarles declaración.
Esa madrugada del 16 al 17 de junio Jay Slater se fue con ambos hasta una vivienda de alquiler Airbnb de Masca, localidad al noroeste de Tenerife. Allí llegó y de allí se fue con vida, según han declarado los dos individuos en el interrogatorio.
En el trayecto del festival al alojamiento, según medios británicos, Jay Slater habría llegado a realizar una publicación en la red social Snapchat en la que supuestamente admitió ante sus amigos que robó un reloj Rolex valorado en 12.000 libras, unos 14.000 euros al cambio, y que quería venderlo; un detalle que añade todavía más inquietud y preocupación al caso.
A las 7:30 horas, el joven publicaría un par de fotos desde el lugar y habría sido visto por última vez cuando preguntó en las inmediaciones del alojamiento a qué hora salía la siguiente guagua para poner rumbo a Los Cristianos, la localidad donde se alojaba con sus dos amigos. Sin embargo, nunca llegaría.
El británico dejó la última señal de vida pasadas las 8:00 horas, cuando decidió llamar a sus amigos. El teléfono de Lucy Mae sonó y Jay contaba a su mejor amiga que había perdido el autobús, que iba a intentar regresar caminando, –pese a que la caminata entera hasta Los Cristianos era de 11 horas–, que apenas le quedaba un 1% de batería en el móvil, que estaba perdido y que necesitaba beber agua.
Después de eso la llamada finalizó y lo último que se sabe es que su teléfono se apagó a aproximadamente las 8:50 de aquella mañana, teniendo la última ubicación conocida en el parque rural de Teno, un entorno de muy compleja orografía, ubicado al noroeste de la isla.
A las 9:00 horas de aquel día se informaría de su desaparición y las autoridades empezarían a buscar centrándose en ese entorno montañoso. Equipos de rescate en la montaña, unidades caninas y drones se movilizaron para intentar encontrar al joven, pero después de 12 días de intenso trabajo, la Guardia Civil detenía la búsqueda el 30 de junio, sin cerrar, no obstante, la investigación.
Muy enfadado con la detención de la búsqueda, en sus últimas declaraciones el padre de Jay, Warren Slater, ha subrayado que “uno no desaparece así como así” y no ha duda en apuntar a la posibilidad de que terceras personas estén implicadas en su desaparición.
Por eso, con esa hipótesis, insiste en que las autoridades deberían haber centrado más sus investigaciones en los dos últimos hombres que le vieron con vida: “Lo he dicho desde el día uno: pregunta a ambos y empieza desde ahí”, ha manifestado, en declaraciones recogidas por ‘The Sun’.
“Todo apesta”, ha dicho, tras conocerse que el misterioso ‘Johnny Vegas’ es Ayub Qassim y que fue condenado por tráfico de drogas, insistiendo en su malestar por la forma en que se está llevando el caso.
Por su parte, añadiendo todavía más inquietud a un caso todavía totalmente abierto, Mark Williams-Thomas, –el exdetective que trabajó en el caso de Madeleine McCann y que también participa en la búsqueda del joven–, ha actualizado recientemente la información que tiene sobre la desaparición para afirmar que, en sus indagaciones, el británico pudo haber entrado en contacto con una “red criminal establecida en Tenerife”, relacionada con "drogas, delitos violentos y robos".
A este respecto, no obstante, no ha podido afirmar que este vínculo pueda tener que ver, directamente, con su desaparición, sin aportar mayores de talles al respecto.
Esta hipótesis, no obstante, está ya circulando por números medios, así como por las redes sociales, donde son muchos los que se están sumando a las especulaciones y las hipótesis sobre qué puede haber ocurrido con Jay Slater.
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