Una mujer ha estado ingresada en la UCI después de someterse a una intervención para ponerse botox en una vivienda particular, sin ningún tipo de permiso en Zaragoza. La Guardia Civil busca el piso y a quien o quienes hicieron la intervención clandestina.
La mujer sufrió botulismo iatrogénico, una intoxicación aguda que puede llegar a causar la muerte. La mujer, que viajó desde Madrid el pasado mayo a la capital aragonesa para someterse a la intervención, tuvo que ser ingresada allí mismo.
Estuvo en la UCI y tras responder al tratamiento pasó a planta y fue dada de alta.
La Guardia Civil trata de averiguar donde está el piso en el que se hizo la intervención y el nombre de quién o quienes la llevaron a cabo. No obstante, la paciente ha dado pocas pistas que puedan dar con el paradero de quienes le inyectaron. Según cuenta el diario El País, la mujer acudió a ponerse botos en los gemelos con la finalidad de reducir sus pantorrillas.
El botulismo iatrogénico se produce cuando el bótox se administra inadecuadamente. La doctora Lola Salvador explica que está autorizado su uso en el rostro para “patas de gallo, frente y entrecejo”.
El bótox deben administrarse en los músculos. Si se hace mal es muy peligroso, advierten los doctores. “A veces se aplica mal, en venas y arterias y esto provoca parálisis muscular con todo lo que conlleva”, señala Salvador.
La misma idea recalca Cristina Marco, médica estética, que sostiene que “si no se usa una cantidad adecuada y va al torrente sanguíneo puede tener efectos adversos importantes como parálisis respiratoria”.
Marco explica que el bótox es la toxina más potente aunque aplicado correctamente no da problemas. Hay que respetar la cadena de frío y saber qué exactamente nos van a administrar porque hay mucho falso botox disponible en el mercado negro.
El doctor de medicina estética Abraham Benzaquén explica los riesgos de someterse a tratamientos de inyección de botox y otros tratamientos faciales sin la atención médica debida. Según Benzaquén se arriesga el paciente a secuelas permanentes e irreversibles, además de , según el producto no homologado que usen, poder tener una infección o envenenamiento.
Lo primero, según el doctor, es que sea médico, colegiado y perteneciente a la Sociedad Española de Medicina Estética. Que además tiene que ser un centro homologado, una clínica con referencia de registro de la Unión Europea.
"Si un médico se equivoca, si el tratamiento no da el resultado deseado, el colegiado va a garantizar que se puede realizar una nueva intervención hasta que la paciente o el paciente queden satisfechos", aclara.
Las sustancias, ácidos, bótox, que se utilizan en las clínicas homologadas pasan el registro sanitario y de la sociedad española de cirugía estética, por lo cual, cuando te inyectan, en un centro, ya sea peluquería o de belleza, no sabes la procedencia ni la composición, pudiendo derivar en secuelas que pueden dañar la salud del paciente.
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