Dentro de dos semanas, a principios de junio, tendrán lugar los exámenes de Selectividad (prueba ahora conocida como EBAU o EVAU), un punto de partida clave para muchos estudiantes que quieren luchar por la profesión de sus sueños. Y un ejemplo de que el sacrificio en los estudios vale la pena es el de Marta Campo, una de las juezas más jóvenes de España.
La juez Campo, nacida en Palencia (1997), se graduó en Derecho por la Universidad de Valladolid en 2019 y aprobó la oposición a la judicatura con tan solo 24 años. Con 26, en julio de 2023, se hizo cargo de una sustitución en su primer juzgado, el de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Palencia, y desde febrero de 2024 es la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Medina del Campo, en la provincia de Valladolid. Además, justo hace un mes, se convirtió en la juez decana. A sus 27 años, ahora es una verdadera referencia.
Hablamos de una joven que obtuvo 27 matrículas de honor en la universidad y el Premio extraordinario de fin de carrera del grado de Derecho. Se sacó la judicatura en algo más de dos años, cuando la media en España es superior a cinco. Su familia, además, no tiene ningún vínculo con el ámbito judicial. Fue pura vocación: "Mi padre era minero y mi madre empleada doméstica. No tengo ningún pasado en la familia, pero por la tele, de niña, veía a diario a la juez Alaya. Entonces ya tenía claro que quería ser juez", explica la juez Campo a Informativos Telecinco.
La juez nunca pensó en ser abogada. Se metió a la carrera de Derecho "porque era la vía para ser juez". Y sus recuerdos en la Universidad de Valladolid son muy buenos, aunque también recuerda momentos duros. "La carrera fue una época muy bonita. Fui muy feliz y trabajé mucho, que es una de las claves por las que aprobé la oposición. No es que estudiara el temario de la oposición entonces, pero sí que perfilé la manera de estudiar los temas. Estudiaba de forma oral. Lo cantaba", detalla la juez sobre su formación.
Cuando había exámenes, Marta no podía ir a la biblioteca porque necesitaba hablar en alto, era uno de sus trucos para prepararse. Porque seguía unas pautas de forma estricta:
Para Marta, insiste, la etapa universitaria fue muy productiva. Su éxito reside en atender en la formación, pero también en poner empeño en lo práctico de manera propia: "La Universidad de Valladolid tiene una cosa muy buena y es que los exámenes son memorísticos, de desarrollo y orales. De cara a las oposiciones te preparan muy bien. Cuando aprobé la oposición, éramos tres chicas las que aprobamos y las tres de la Universidad de Valladolid. Pero puedo decir, y esto vale para todas las universidades, que hay poca formación práctica. No íbamos a ver juicios. Si querías verlos era por tu cuenta".
Y así hizo la juez. Comenzó a ir a Palencia, su ciudad, para ver juicios (algo que recomienda a todos los estudiantes de Derecho que quieran seguir sus pasos). "Iba los viernes, que era cuando no tenía clase. Iba a estos procesos de delitos leves como estafas o lesiones para aprender. Lo hice casi desde el principio de carrera".
Una vez se graduó en 2019, se centró en la oposición y la sacó en tiempo récord. Su día a día fue frenético. De lunes a viernes iba a la universidad y el sábado, después de comer, se iba a pasar dos días con su pareja, hasta el lunes a primera hora. Tuvo tiempo para disfrutar y salir, pero siempre priorizó su meta.
Marta es todo un orgullo para sus familiares. De hecho, cuando aprobó la oposición y ya se hizo cargo de su primera sustitución, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Palencia, en su ciudad natal, quisieron apoyarla: "Como mi familia es de allí, todos los miércoles iban a verme. Los vigilantes ya los conocían. Un día iba al público mi abuela, otro mi prima... Lo hacían de forma escalonada para no juntarse".
El destino quiso además que fuera titular de su primer juzgado también cerca de casa, donde sigue ejerciendo sus funciones; considera que es una suerte poder estar en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Medina del Campo. "Estoy muy contenta porque sigo cerca de mi familia y no tuve que mudarme ni alquilar una vivienda. Es un juzgado mixto y aprendo todos los días. Es lo que suele ser el primer destino, no sueles ir a la capital y que sea a un juzgado solo de instrucción. Son juzgados de batalla, tocas todos los palos", explica la juez.
La sustitución en Palencia hizo que llegara a Medina del Campo sin nervios: "Llegas más rodada, con un bagaje". Ahora se encarga de sucesos y delitos de todo tipo, incluidos los de violencia de género. Lo bueno es que, al ser la titular del juzgado, es su propia jefa. Se organiza las mañanas como quiere. Eso sí, ante casos de violencia machista urge la actividad. Por ello, si no puede terminar por la mañana, se encarga un compañero de guardia y continúa ella en la siguiente jornada: "Muchas víctimas solicitan orden de protección y la tienes que emitir, no puedes esperar".
Los jueces desarrollan una labor imprescindible. En la mayoría de los casos reciben elogios, pero también pueden ver cómo puede haber dudas en las instrucciones que han llevado a cabo, especialmente en estos tiempos de documentales y series de 'true crime'. La población ahora quiere hacer de juez, pero eso corresponde a los profesionales. Y la ficción, como bien dice la palabra, es ficción. Para la juez Campo no hay discusión: "Todo el mundo quiere opinar y saber de Derecho. Y todo el mundo tiene derecho a tener su opinión. Pero una cosa es lo que opines o lo que te parezca y otra muy distinta el, uno, conocer Derecho, y, dos, conocer realmente la instrucción del caso. Porque muchas veces se da por supuesto que lo que sale en TV es la realidad total, cuando las tramas judiciales y policiales han podido ser alteradas, como se indica muchas veces al comienzo o al final de las obras".
La juez Campo tiene amor por su trabajo y quiere animar a aquellos jóvenes que sueñan con ser jueces. A aquellos que todavía no han comenzado la carrera o están inmersos en el grado, les envía un mensaje claro y optimista: "Merece muchísimo la pena. Si alguna vez tienen un momento de bajón o piensan en abandonar, que se visualicen con la toga y en su despacho, porque es mucho más bonito de lo que uno puede llegar a imaginar o soñar. Yo hace poco se lo dije a un compañero, que deseo que me suene cada mañana el despertador para resolver asuntos. Te motiva. Lo que más recomiendo es que, si están en la carrera y lo tienen claro, que vayan a ver juicios por su cuenta y estudien desde el minuto cero, antes de que te indiquen incluso los profesores".
Marta Campo se dejó la piel y ahora disfruta de lo que quería hacer. Incluso comparte su labor en redes sociales. En Instagram (@ladymarta97) cuenta con más de 12.000 seguidores. Quiere seguir dando pasos hasta poder soñar con otras metas mayores, pero no quiere "correr antes de andar": "Ahora solo me preocupa hacerlo bien en Medina y aprender. Pero, lógicamente, me gustaría jubilarme en un órgano colegiado". Por ahora no piensa en ser madre, pero conoce las ventajas y desventajas de su puesto en ese sentido. "He visto cómo han tenido que traer a los hijos los fines de semana. Y si quieres trabajar de 10 a 13 horas para llevar a los niños al colegio, puede que tengas que trabajar por la tarde o por la noche, pero puedes conciliar bien. Es una posibilidad que en otros trabajos no tienes". Palabras de toda una referencia de los juzgados.
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