Llega la noche, y la mayoría de nosotros se prepara para dormir sacando su pijama de debajo de la almohada, donde ha estado esperándonos desde que abandonamos el lecho por la mañana. Sin embargo, aunque almacenar los pijamas bajo la almohada puede parecer algo práctico, y hasta lógico, existen razones que deberías tener en cuenta que nos dicen que esta costumbre podría ser perjudicial tanto para la salud, como para la higiene personal. Atentos, que se nos cae un mito.
Problemas de higiene y salud
Cuando guardamos los pijamas debajo de la almohada, facilitamos la transferencia de aceites corporales, células muertas de la piel y sudor a la almohada. Esto no solo puede mancharla, sino que también crea un ambiente propicio para el desarrollo de ácaros y bacterias. Estos microorganismos pueden provocar reacciones alérgicas y hacer que condiciones como el asma y la rinitis empeoren, especialmente en aquellos individuos susceptibles a estas enfermedades.
Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con la humedad retenida en los pijamas tras una noche de sueño, especialmente si no se han secado completamente después del uso. Esto puede contribuir al crecimiento de moho y hongos. Estos microorganismos no solo son perjudiciales para la salud respiratoria, sino que también pueden generar olores desagradables que dificultan disfrutar de un descanso adecuado y pueden llegar a ser difíciles de eliminar.
El contacto constante con materiales húmedos o sucios puede acelerar la degradación de los tejidos de nuestra almohada, afectando a su estructura y también a su capacidad para proporcionar un soporte adecuado a nuestra cabeza durante el sueño. Esto puede traducirse en dolores de cuello o espalda por culpa de una almohada que ya no ofrece el apoyo necesario para tener una postura correcta durante los horas de descanso de cada día.
Para evitar todos estos problemas, sería bueno tener en consideración una serie de alternativas de almacenamiento que permitan que los pijamas se mantengan secos y limpios. Algunas sugerencias incluyen:
Además, es crucial mantener una rutina de limpieza tanto para tus pijamas como para la ropa de cama que hayamos utilizado, incluidas las almohadas. Es conveniente lavar regularmente estos artículos, lo que no solo eliminará la suciedad y los alérgenos, sino que también prolongará la vida útil de los materiales y mejorará la calidad de nuestro sueño durante la noche. Se recomienda lavar las almohadas cada dos a cuatro meses y reemplazarlas cada uno o dos años, dependiendo de sus condiciones y materiales de fabricación.
En definitiva, que aunque guardar los pijamas bajo la almohada puede ser una práctica de lo más habitual, es importante tener en cuenta los posibles riesgos para la salud y la higiene que esto implica. Optar por métodos de almacenamiento alternativos, que aseguren la limpieza y la ventilación adecuada de los pijamas no solo mejorará nuestra salud sino que también contribuirá a que disfrutemos de un entorno de descanso más higiénico y confortable.