Álex García, el turista español que necesitaba ayuda urgente tras pasar dos meses hospitalizado en Tailandia con una pancreatitis necronizante, ya se encuentra en España recibiendo tratamiento médico tras aterrizar este domingo en el aeropuerto de Bilbao. Su traslado en un avión militar medicalizado fue sumamente complejo, pero afortunadamente todo fue bien durante las 14 horas de vuelo; un largo trayecto en el que el equipo médico a bordo tuvo que variar parte del plan previsto, procediendo a extubarle nada más montarle en el avión.
“Fueron unos momentos difíciles porque decidimos quitarle el tubo”. “Comprobamos que había sido una decisión adecuada porque empezó a mejorar”, ha contado el equipo involucrado en su traslado, formado por de once profesionales, entre anestesistas, intensivistas, enfermeros de cuidados críticos y técnicos sanitarios en aeroevacuación.
“El traslado ha salido bien, estamos contentos y ahora estamos trabajando”, han contado, explicando en declaraciones recogidas por El Diario Vasco que tras quitarle el tubo tuvieron que “sedarle un poco” para que estuviera “más tranquilo”.
“Fue una decisión complicada de tomar”, han explicado, señalando no obstante que tenían que hacerlo porque “si no la situación se complicaba mucho más”.
En esos momentos, han señalado, “la fiebre no le bajaba” y tuvieron que realizar un “trabajo continuo” que, por suerte, “ha dado resultado”.
Ingresado en la UCI del Hospital de Cruces de Baracaldo el domingo a las 19:30, nada más llegar a España, aunque su pronóstico es “grave”, el parte médico deja lugar a la esperanza. Los médicos confían en su recuperación, aunque subrayan que va para largo.
Lo último que se sabe de su estado de salud es que está “consciente” y sus constantes vitales son “estables”, pero continúa grave por la pancreatitis aguda que padece.
En su llegada, su gesto saludando ante las cámaras y respondiendo al cariño recibido ponía algo de alivio a su difícil situación.
La repatriación, afortunadamente, fue un éxito. La familia lo había intentado en varias ocasiones, pero al no conseguirlo finalmente pidió ayuda al Gobierno, que el pasado viernes fletaba el avión militar medicalizado para brindarle ayuda.
El aeroplano salió de la base de Torrejón de Ardoz rumbo a Tailandia y dos días después, tras un total de 28 horas de vuelo, llegaba a Bilbao, donde la familia respiraba aliviada al sentir que, por fin, Álex estaba en casa para ser tratado de urgencia.
Tras el traslado, la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, recibió anoche en la base de Torrejón a los artífices de esta compleja operación, donde destacó el trabajo de todos los efectivos implicados en la repatriación de Álex, vecino de Lasarte-Oria y padre de dos hijos de 5 y 8 años.
“Muy orgullosa de las fuerzas armadas”, la ministra señaló que “han ayudado a salvar esta vida” tras “un viaje larguísimo, en una situación de riesgo, con muchísima prudencia”.
“Nunca el ejército deja a nadie a atrás. Hemos hablado mucho con la familia. Me consta que está muy agradecida también”, señaló.
Ahora, en el Hospital de Cruces, desde casa, Álex lucha por iniciar el camino hacia la recuperación tras dos meses que la familia ha vivido como una auténtica “pesadilla”.
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