El efecto tijera es un fenómeno que ocurre principalmente en los vehículos de gran tamaño, como los camiones articulados y tráileres, cuando la cabina en la parte delantera del vehículo y el remolque que compone la parte trasera del mismo pierden la alineación y el control, provocando un movimiento lateral peligroso que puede causar accidentes importantes en la carretera. Esta situación ocurre mayormente durante las frenadas más bruscas, en maniobras erráticas, o cuando el conductor se enfrenta a condiciones adversas extremas, como puede ser el caso de las rachas de viento fuerte.
La denominación del llamado "efecto tijera" se origina en la acción mecánica visual que se produce durante el incidente, con el remolque moviéndose hacia un lado, y la cabina tirando en una dirección diferente, creándose un ángulo entre las dos partes del vehículo. Sería algo similar al movimiento de apertura y cierre de una tijera. Este movimiento incontrolado del remolque tiene el peligro inherente de poder "barrer" con todo lo que encuentre a su paso, incluyendo vehículos, barreras de seguridad, o cualquier otro obstáculo en la carretera o colindante a ella.
Para prevenir este fenómeno y este tipo de situaciones, es crucial que los conductores de estos vehículos pesados mantengan velocidades seguras, realicen maniobras suavemente y estén especialmente atentos y sean cautos en condiciones de viento lateral. La tecnología moderna, como el sistema antibloqueo de frenos (ABS) y los sistemas de control de estabilidad, ofrecen herramientas suficientes para evitar una posible pérdida de control. Sin embargo, la concienciación y la habilidad del conductor al volante a la hora de anticiparse a situaciones de riesgo siguen siendo fundamentales.
Los conductores de otros vehículos también tienen un papel importante en estos casos, sobre todo actuando con precaución. La máxima a mantener es no acercarse más allá de una distancia segura de los camiones y remolques, particularmente en días de viento fuerte o al pasar por zonas donde el viento puede aumentar manera súbita, como puede ser el caso de las salidas de los túneles o al adelantar a vehículos de gran tamaño. En tales situaciones, el efecto pantalla generado por el viento al pasar junto a un vehículo grande puede sorprender al conductor de un vehículo más pequeño, afectando con ello a su capacidad para mantener el control.
La fatiga del conductor es otro factor que incrementa el riesgo de ocurrencia del efecto tijera. La fatiga reduce significativamente la capacidad de reacción de cualquier conductor, aumentando el riesgo de tomar decisiones erráticas o de tener reacciones retardadas. Es esencial que los conductores reconozcan los signos de fatiga, como es el caso de la somnolencia, la pérdida de concentración, o la necesidad de moverse en el asiento. Ante este tipo de situaciones, lo mejor es tomar medidas y descansar antes de proseguir el viaje, hacer pausas regulares para estirarse y mantenerse hidratados.
En resumen, la prevención del efecto tijera en la carretera requiere un enfoque global que incluye el mantenimiento de los vehículos y su tecnología de seguridad, una conducción prudente y adaptada a las condiciones del camino, y una adecuada gestión de la fatiga del conductor. Además, como hemos visto, todos los conductores tienen un papel que jugar en esta ocasión, reduciendo así riesgos de accidentes potencialmente fatales. Entender este fenómeno y cómo prevenirlo es esencial para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la carretera.