Las agresiones sexuales a menores detectadas por la Fundación ANAR han aumentado un 55,1% en los últimos cinco años. Son los datos de esta organización que ha atendido entre 2019 y 2023 un total de 4.522 casos de agresiones sexuales a niños, niñas y adolescentes, según su II estudio 'Agresión Sexual en Niñas y Adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023)'.
El perfil de las víctimas es marcadamente femenino, ya que son el 78,7 % del total y por cada 100 varones menores de edad agredidos, se registran 401,5 agresiones en niñas y adolescentes.
"Las agresiones sexuales, sobre todo en menores de edad, son un fenómeno oculto por nuestra sociedad, en el que prevalece por parte de las víctimas muchas veces el miedo y la vergüenza", ha afirmado este martes en rueda de prensa el director técnico de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros.
Tres de cada diez víctimas de agresiones sexuales no denuncian ni tienen intención de hacerlo (28,3%), mientras que en un 41,1% de las consultas recibidas por ANAR sí que existe la intención de denunciar. En todo caso, el estudio refleja que la persona que suele tener la voluntad o la iniciativa de denunciar es principalmente la madre (48,9%). También revela que un 30,5% de las niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual está en proceso de denunciar o su caso ha sido judicializado.
La directora del teléfono y el chat ANAR, Diana Díaz, la fundación ha ayudado a 4.522 menores, víctimas de violencia sexual (3.560 niñas y mujeres adolescentes, 959 varones y tres menores no binarios) desde enero de 2019 a junio de 2023. En este sentido, ha añadido que la tasa de crecimiento desde el anterior estudio Abuso sexual de ANAR 2008-2019, ha sido del 353%.
"La tecnología está implicada directamente en este incremento, además de otras muchas causas que evidentemente están ahí", ha asegurado Díaz, que ha agregado que la tecnología aparece en un 43,9% de los casos.
Las formas de agresión sexual más frecuentes son los tocamientos (50,9 % de los casos), seguida de la penetración (19,4 %), besos (11,2 %), masturbación (10,1 %) y obligar a realizar o presenciar actos de exhibición sexual (8,4 %).
También aparece el 'grooming' --cuando un adulto se hace pasar por un menor en las redes, para conseguir una gratificación sexual-- que ha supuesto el 3,1%; seguido del sexting no consentido, con el 2,2% de los casos; la pornografía, con el 1,3%; y, por último, la explotación sexual o prostitución, con un 1,9%.
Respecto al perfil de las víctimas, Díaz ha señalado que es "marcadamente femenino", siendo un 78,7% el porcentaje de niñas y mujeres que sufren este tipo de violencia. La edad media es de jóvenes de 12,5 años de media, frente a los 11,6 años de media del anterior estudio Abuso sexual de ANAR 2008-2019. Asimismo, ha añadido que, en el caso de los niños varones, la mayoría de los casos se sitúa entre los cero y los nueve años.
Igualmente, ha destacado que, en el 40,7% de los casos, las víctimas viven con ambos progenitores y un 36,1% en familias monoparentales. Mientras, el 58,7% proceden de familias españolas y el 41,3% de familias migrantes. Además, un 2,5 de las víctimas tiene alguna discapacidad y siete de cada diez presentan un rendimiento escolar bajo.
En cuanto al perfil de agresor, el estudio revela que el 94,3 % son hombres y principalmente mayores de edad. En cuanto a la relación con la víctima, casi 8 de cada 10 agresores (79,5 %) son conocidos de la víctima y, de estos, el 50,3 % miembros de su propia familia. Un dato que aumenta hasta el 85,9 % en el caso de las víctimas más pequeñas (0-9 años).
En el 27,9 % de los casos se trata del padre biológico o de la pareja de la madre y la tasa de reincidencia es del 10 %. El 44 % de las agresiones se produce en la propia casa de la víctima; un 19,1 % en otras casas; un 9,2 % en el colegio y un 4,2 % en el parque.
Además, en el 27,9 % de los casos, las agresiones son diarias y en casi la mitad de los casos estas se prolongan durante más de un año.
De hecho, en 1.502 casos el hecho denunciado ha obligado a ANAR a contactar con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para que intervinieran de forma urgente puesto que la víctima seguía sufriendo agresiones y no tenía un entorno que le protegiera.
Desde ANAR, han trasladado su preocupación por un dato que va en ascenso, como es que el 21,4 % de los agresores son menores de edad y la agresión sucede entre iguales, especialmente en la franja de los 13 a los 17 años.
ANAR ha indicado que las principales consecuencias de las víctimas de violencia sexual son los cambios bruscos de conducta (23,5%) y los problemas psicológicos (20,8%), como la ansiedad, el miedo, la culpa, la depresión, problemas de sueño o los trastornos de alimentación.